A nivel global, son pocas las mujeres empresarias que logran superar la etapa de startup para pasar a liderar scale-ups (es decir, aquellas compañías que logran facturar más de 1 millón de euros al año). ¿Dónde están? ¿Cuáles son sus historias? ¿Qué desafíos enfrentan? ¿Quiénes son sus referentes?
Si vamos a las cifras, en España, por ejemplo, un análisis del Ecosistema Startup ha identificado más de 240 scale-ups españolas pero apenas el 20 % posee a una mujer en su equipo fundador.
Aunque observamos un cambio positivo y el número de empresas lideradas por mujeres está creciendo a nivel mundial, es necesario acelerar este crecimiento, que aún es demasiado lento. Algo está claro: el momento de las empresas lideradas por mujeres está en marcha y estas organizaciones empiezan ahora a ganar visibilidad. Esto es crucial, porque se necesitan referentes para las futuras generaciones. Resulta muy difícil para las mujeres empresarias recorrer este camino en soledad y, para aquellas que aspiran a transitarlo, encontrar modelos de liderazgo a seguir puede ser complejo cuando estos modelos están invisibilizados.
Desafiando preconceptos, podemos encontrar a estas mujeres líderes en los más diversos sectores de la economía, desde salud, software, alimentos, tecnología, economía circular, finanzas, biotecnología, energía, inteligencia artificial y muchos otros. En cada una de estas áreas, los desafíos persisten y son transversales: las empresarias enfrentan estereotipos arraigados y, en muchos casos, una falta de redes sólidas de apoyo. Pero también barreras financieras: en el 2022, las empresas fundadas exclusivamente por mujeres captaron tan solo el 2,1 % del capital total invertido en startups respaldadas por capital de riesgo en los Estados Unidos (PitchBook, 2024).
Romper con estos obstáculos requiere un esfuerzo colectivo: desde inversores dispuestos a respaldar proyectos liderados por mujeres hasta espacios de colaboración peer2peer para que las empresarias puedan abordar los desafíos de esta etapa de crecimiento tan particular como es la scale-up en compañía de sus pares.
En este contexto, resulta clave crear referentes femeninos que inspiren a las futuras generaciones. Estas figuras no solo son modelos a seguir, sino que también desempeñan un papel fundamental al abrir puertas y allanar el camino para las empresarias emergentes. Se trata de generar entornos seguros donde las mujeres que lideran empresas puedan ser lo suficientemente vulnerables como para expresar sus dudas y fracasos, encontrar apoyo y obtener un sentido de pertenencia a una comunidad que enfrenta desafíos similares a los que ellas mismas enfrentan.
En los casi 10 años que llevo formando parte de Women President Organization (WPO) entre España y Latam, una organización internacional que busca generar estos espacios de encuentro para quienes han logrado llegar a la cima y facilitar el camino para aquellas otras que sueñan con llegar, siempre tuve claro que el secreto está en aprender unas de otras, en inspirarnos y potenciarnos. Porque un mundo corporativo que ha evolucionado hacia una cultura más colaborativa necesita un liderazgo de servicio que, con su inclinación natural a tender puentes, pueda guiar este cambio.