Protegiendo a la generación conectada

Luis Corrons SECURITY EVANGELIST DE AVAST

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

14 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En un mundo donde internet ofrece infinitas posibilidades, desde la comunicación instantánea hasta el acceso a una cantidad inagotable de conocimiento, es esencial reconocer que junto con sus beneficios vienen sus peligros. 

Recientemente, el Consejo de Ministros ha aprobado la creación de un grupo de 50 expertos para analizar el impacto de las tecnologías en los menores y diseñar un plan que los proteja de los riesgos de internet y promueva un uso responsable de los dispositivos digitales. Esto demuestra la necesidad de establecer medidas. Por otro lado, según el informe Connected Consumer Survey 2023 de Deloitte, los jóvenes de la Generación Z son más susceptibles ser engañados online, a pesar de su familiaridad con la tecnología. Sorprendentemente, estos incidentes son más frecuentes entre dicha generación que entre los baby boomers, quienes podrían ser sus abuelos.

Una de las áreas más críticas en este sentido es la educación de los niños en materia de seguridad en internet. En la era digital en la que vivimos, los niños están cada vez más inmersos en el mundo online desde muy pequeños. Es fundamental proporcionarles las herramientas y los conocimientos necesarios para que puedan navegar por internet de manera segura y responsable.

Durante los últimos años ha tenido lugar un importante aumento en el interés de los padres por proteger a sus hijos en el mundo digital, una realidad exacerbada a raíz de la pandemia, que ya parece lejana. Para los más pequeños, sus dispositivos electrónicos son tanto una herramienta educativa como una forma de socialización virtual. No obstante, para los padres representan tanto una solución necesaria como una preocupación constante por los peligros que enfrentan en internet. Abordar estas preocupaciones implica tomar medidas específicas para proteger la privacidad y seguridad de los niños en línea, un aspecto crucial que exploraré más adelante.

Sin embargo, la educación en ciberseguridad para los niños no solo implica enseñarles sobre contraseñas seguras y cómo identificar posibles amenazas online, sino también fomentar una comprensión más profunda de los riesgos y las consecuencias de compartir información personal en internet. Desde el ciberacoso hasta el riesgo de exposición a contenido inapropiado, es crucial que los niños estén equipados con las habilidades necesarias para protegerse a sí mismos y a sus amigos en línea.

Además, es fundamental involucrar a los padres y educadores en este proceso. La educación digital integrada en el currículo escolar debe ser primordial, incluyendo este tipo de conocimientos y aprendizajes en los centros, siendo esta una responsabilidad más allá del ámbito parental. Brindarles orientación sobre cómo pueden apoyar y supervisar el uso seguro de internet por parte de los niños, así como proporcionar recursos y herramientas para abordar cualquier problema que pueda surgir.

Es esencial que los niños no naveguen solos por internet; siempre es recomendable que un adulto esté presente para ofrecer orientación y supervisión. Los padres deben revisar periódicamente las actividades online de sus hijos, incluyendo su historial de navegación y sus interacciones en redes sociales, y fomentar conversaciones abiertas sobre ciberseguridad. Es fundamental que los padres creen un entorno seguro en el que sus hijos se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones y experiencias online, lo que fortalece la relación entre padres e hijos. Si los padres sospechan que su hijo está siendo víctima de actividad inapropiada online es importante que guarden evidencia y se comuniquen con las autoridades pertinentes para reportarlo, lo que puede ayudar a detener el abuso y proteger a otros niños de peligros de la red.

Los padres de las generaciones Millennial y X crecieron junto a internet, desde los tiempos del acceso telefónico hasta las redes sociales como Facebook. Aunque nos sentimos cómodos online, la situación actual y el fácil acceso a la red son muy distintos. La preparación online es una preocupación, pero hay nuevos obstáculos. Es comprensible, ya que muchas cosas no eran problemas en nuestra infancia digital. Actualmente están a la orden del día el ciberacoso, las imágenes de cuerpos imposibles que causan en los más jóvenes dismorfia las solicitudes sexuales y la exposición a contenidos explícitos, junto a la suplantación de identidad.

El grooming, por ejemplo, es un ciberdelito cometido por pedófilos que presenta desafíos significativos de control. Este delito se caracteriza por el uso de tácticas de ingeniería social para ganar la confianza de los jóvenes, principalmente a través del chat o el correo electrónico. A diferencia de los ataques convencionales, que un software antivirus puede detectar, el grooming es más difícil de rastrear, ya que ocurre de manera sutil y casi imperceptible para las víctimas. Esto puede conducir a situaciones peligrosas, como la confianza de los niños en extraños, la manipulación por parte de adultos y el abuso sexual.

En última instancia, al priorizar la educación en seguridad cibernética para los niños no solo estamos protegiendo su bienestar online, sino también sentando las bases para una generación futura que esté mejor preparada para navegar por el mundo digital de manera segura y responsable.