El INE publicó una última encuesta sobre condiciones de vida en la que señala que el 26,5 % de la población española está en riesgo de pobreza o exclusión social, superior al período de la prepandemia y 0,5 puntos por encima del año anterior. Curiosamente, se ha dado muy poca difusión a esta noticia.
Esta encuesta se basa en la tasa Arope (At Risk of Poverty or Social Exclusión), indicador creado a su vez por Eurostat (la agencia oficial de datos europea) para medir el grado de pobreza y exclusión social de los países de la Unión.
Arope mide el porcentaje de pobres a través de dos variables: la baja renta salarial, determinada por la baja intensidad en el empleo, o personas que solo acceden a trabajos a tiempo parcial o directamente están en paro; y la carencia material severa, determinada a su vez por la dificultad para llegar a fin de mes, la capacidad para afrontar pagos imprevistos o coger vacaciones fuera de casa al menos una semana al año.
España, dentro de los 27 países de Europa, está en un nivel lamentable de pobreza: con ese 26,5 % es el cuarto país con mayor tasa después de Rumanía, Bulgaria y Grecia. El nivel de pobreza medio de Europa se sitúa en el 21,6 %, 5 puntos menos que España.
¿Por qué España está tan mal? El ránking de pobreza de los países europeos prácticamente replica al ránking de sus rentas per cápita: a menor renta, mayor tasa de pobreza y viceversa. España, desgraciadamente, registra una baja renta en relación a la media de Europa y lo peor es que no hemos convergido un ápice en décadas.
La renta per cápita es lo que está detrás del desastroso dato de pobreza español. Pero hay otro factor que afecta a su empeoramiento: en España, los salarios reales en estos años de aguda inflación han retrocedido (en Europa, en general han subido). Esta caída en los salarios reales es consecuencia a su vez de otros dos factores exclusivos de España:
1.- Altísima tasa de paro, la más alta de Europa y la OCDE. La mejor forma de subir los salarios es a través del pleno empleo, la mayoría de países de Europa lo tiene ya, subiendo así sus sueldos, ¿por qué nosotros no?
2.- Aumento de la presión fiscal, que en el tema concreto de los salarios se refleja en la insólita decisión del Gobierno de no deflactar con la inflación las tarifas del IRPF, disminuyendo el salario real cuando nos lo actualizan a la inflación.
Dos medidas para disminuir esta intolerable tasa de pobreza de España:
1.- Crecer en salarios reales. Aparte de otras medidas de mayor calado, como cambiar el modelo económico, las hay más fáciles y simples, como no aumentar los impuestos a las empresas (se merma empleo a través de los constantes aumentos de las cotizaciones a la Seguridad Social a las empresas y subidas tan exageradas del salario mínimo), o a los trabajadores (a través de no deflactar las tarifas del IRPF).
2.- Gestionar mejor las ayudas para los ciudadanos que las necesitan. Los ingresos mínimos vitales exigen complicadísimos trámites, algo absurdo dada la cantidad de datos que tiene el Estado a través del big data.