Cualquier sistema de defensa antiaérea necesita mecanismos para detectar los proyectiles que se dirijan hacia una zona restringida. La unidad de protección está formada por radares de alta resolución, que actúan de día y de noche y en cualquier situación meteorológica. El sistema se activa cuando un cohete, un misil o un dron invade el área restringida, siendo identificado por la unidad de protección y seguimiento, gracias a los radares antes mencionados. El computador de control de tiro analiza la amenaza y, en función del riesgo, selecciona y dispara (o no) uno o varios de sus misiles interceptadores, cuya misión es destruir a los atacantes. El entramado de la defensa antiaérea ha de estar formado por sistemas de actuación rápida y eficaz, porque el tiempo de que se dispone es muy limitado.
En La Voz de Galicia (15-4-24) hay un infográfico muy claro en el que se describen los sistemas de defensa que Israel ha usado para repeler el ataque de Irán y conseguir bloquear la práctica totalidad (99 %) de los proyectiles enviados desde unos mil kilómetros de distancia (170 drones, 120 misiles balísticos y unos 30 de crucero). El sistema Arrow puede interceptar misiles de largo alcance incluso fuera de la atmósfera terrestre. El sistema Onda de David detecta y derriba misiles de medio alcance, misiles balísticos de crucero y drones. El sistema Cúpula de Hierro detecta y destruye misiles de corto alcance.