Tácticas y estrategias

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

Borja Puig de la Bellacasa | EFE

28 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Alguien dijo que la táctica es saber qué hacer cuando hay algo que hacer. La estrategia, en cambio, consiste en saber qué hacer cuando no hay nada que hacer.

La táctica es la escaleta de acciones a seguir para llegar a concretar una estrategia. La táctica es siempre algo delimitado que busca un resultado a muy corto plazo , por ejemplo, un regate para marcar gol o una falta ensayada, son tácticas que van desbrozando el camino para conseguir el objetivo estratégico: ganar el partido o el campeonato, o también defenderse para conseguir un mal menor.

Una estrategia es un plan de acción diseñado para lograr un objetivo específico. La estrategia tiene que ver con ganar o intentar ganar una posición de ventaja sobre el adversario, sea deportivo, político o económico.

La habilidad para diseñar estrategias depende del jugador, del conocimiento que tenga de la partida, de la creatividad y del conocimiento que tenga de partidas y situaciones semejantes que hayan sido resueltas anteriormente para intentar reutilizarlas.

La estrategia es el plan de acción que te lleva a donde quieres ir, las tácticas son los pasos y acciones individuales que te llevarán al objetivo.

Y teniendo presente lo antedicho traten de responder la pregunta que contiene el aliento de la grey: ¿Sánchez se va o se queda? El movimiento sorpresivo de comunicar por carta a la ciudadanía que se retira al rincón de pensar para decidir su futuro y el de todos, ¿obedece a un movimiento táctico dentro de una estrategia? ¿Cuál es el fin? ¿Es un movimiento táctico ofensivo o defensivo?

Hay situaciones previas dónde ya se aplicó la misma táctica: la dimisión de Adolfo Suárez, la de Felipe en el congreso del Suresnes o la del rey emérito, cada una de ellas obedecía a una estrategia distinta, unas veces mantener o recuperar el poder y otras para salir de él lo menos malparado posible. Ustedes dirán si este sinvivir en que nos tiene obedece a uno u otro objetivo estratégico.

De lo que no tengo dudas es que la epístola dirigida a sus discípulos está escrita en tono emocional y es formalmente ñoña, lo que no cuadra en un hombre autor de manuales de resistencia curtido en mil imposibles. Pero no tiene otra opción teniendo en cuenta que vivimos en un emocionato, donde las emociones priman sobre la razón, y es mucho más fácil «hacer sentir» que hacer «pensar a la gente».

Y hablando del amor, ninguna definición mejor que la de Quevedo que finaliza el soneto: «…Este es el niño Amor, este es su abismo. ¡Mirad cuál amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo!»