Rabos de pasas: el PSC de Salvador Illa

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

Alberto Estévez | EFE

16 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuenta una leyenda que, allá por el 2005, el siempre recuperable Rubalcaba propuso a Mariano Rajoy que el PP se incorporara a la elaboración del Estatuto de Cataluña. Rajoy decidió recoger firmas por toda España en su contra y luego acudir al Constitucional para invalidarlo, lo que logró. Todo ello no impedía soportar con sus votos o su abstención al Gobierno convergente de Artur Mas. Ya para entonces se había marchado Pasqual Maragall, luego de expulsar a ERC de su gobierno por estar en contra del Estatuto, siendo sustituido por Montilla, y se había iniciado la deriva independentista acelerada a partir de las entrevistas fallidas en Moncloa entre Rajoy y Artur Mas.

En esa situación de extrema polarización, luego de los seudoreferendos de Artur Mas, el PSC se desangra entre sus dos almas, la catalanista y la españolista. Al tiempo que se da una confrontación interna entre esas dos tendencias frente a las que, del acuerdo entre tres partidos en 1978, nació el PSC en búsqueda de una síntesis de las dos realidades catalanas, la centralidad.

Pero el rechazo del Tribunal Constitucional al Estatuto y la respuesta independentista se dejó sentir en el PSC, no solo con una caída electoral (42 diputados en el 2003, 16 en el 2015), sino con los sucesivos conflictos, escisiones y la marcha de gran parte de los dirigentes y militantes más catalanistas, muchos de los cuales recalaron en ERC o en Junts. Entre medias fue el Congreso del PSOE de Sevilla y la derrota de Carme Chacón (ella del PSC) frente a Rubalcaba por 22 votos. Una derrota que también encerraba suspicacias del PSOE respecto al PSC. Por más que sea entonces cuando el PSOE, con Rubalcaba y en la declaración de Granada, asume en un documento el federalismo a instancias del PSC.

Luego de la gran crisis, en el 2015 el PSC reinicia con Iceta la búsqueda de la centralidad catalana, que, una vez resuelta la moción de censura y la llegada de los gobiernos de coalición de Pedro Sánchez, le permite a Salvador Illa volver a llevar al PSC a ese espacio, reconociéndose como primera fuerza en Cataluña desde el 2021. Una centralidad que corrige el abandono en el que el PSC mantuvo a una mayoría de sus votantes de alma menos catalanista en los años más agudos del conflicto independentista y las luchas internas. El PSC de Salvador Illa y las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez con Cataluña han propiciado, además de la desmovilización y el deterioro del independentismo, la recuperación de votantes no catalanistas en todo el arco político. No solo en el PSC.

Nada que ver todo esto con el libro de Juan Marsé, Rabos de lagartija, por más que en la historia política de la Cataluña posterior al pacto del Majestic, aquel de CiU con Aznar, e incluso al dramático procés, también sean frágiles y ambiguos los límites entre la realidad y la ficción, o la verdad y la mentira, al igual que sucede en las historias de Marsé. Aquí, tan solo unos rabos de pasas para acudir a la memoria. Por si coincide.