«Sería más rentable para el Estado sufragar alimentos saludables que financiar medicamentos»
OPINIÓN
Pobreza y gasto farmacéutico
Se evidencia una relación entre pobreza y consumo de medicamentos. A menor renta, más consumo de fármacos, porque quienes disponen de pocos recursos tienen peor salud, enferman más y, en consecuencia, precisan más tratamientos farmacológicos.
Los fármacos tienen un coste, por supuesto. Pero he aquí una particularidad de nuestro sistema: quienes tienen menos recursos están exentos de copago farmacéutico; es decir, no pagan nada por los medicamentos. Entre las consecuencias de salud se señalan la obesidad y los hábitos tóxicos: tabaquismo y alcoholismo. En el primer caso, por mala alimentación, que supone malnutrición. En el segundo, supuestamente por desajustes emocionales.
Lejos de simplificar, valgan las siguientes reflexiones.
1. Salvo pobreza absoluta, tener menos poder adquisitivo no obliga a alimentarse mal, ya que alimentarse bien no significa comer alimentos caros.
2. No pagar nada por los medicamentos es un arma de doble filo: facilita su acceso a quienes tienen menos dinero, sí, pero no favorece su consumo responsable.
3. Una mejor alimentación de la población, facilitando el acceso a los alimentos básicos —y nutritivos— y evitando el consumo de los ultraprocesados, redundaría en una gran disminución del gasto sanitario público. O de otro modo: sería más rentable para el Estado sufragar alimentos saludables que verse en la necesidad de tener que financiar medicamentos por causa de una mala alimentación (y de otros malos hábitos de vida, a fin de cuentas «determinantes de salud»). José Manuel Brea Feijoo. Vigo.
La acampada
Amanecíamos el otro día con la noticia de que en la Facultad de Geografía e Historia de Santiago se había autorizado una acampada en defensa del pueblo palestino y contra el genocidio en Gaza y todas estas cosas que tanto le interesan a los sindicatos de estudiantes. Este caso se me hace indignante por dos motivos.
En primer lugar, el peche se hace en un edificio de singular valor histórico y patrimonial, y no me extrañaría que en un par de semanas acabase todo lleno de botellas, colillas, pancartas, garabatos y fluidos corporales. Por suerte, el encierro probablemente acabará antes, porque se acercan las vacaciones y las prioridades son las prioridades.
Y en segundo lugar, por el apoyo que ha recibido el espectáculo por parte del claustro. Mientras allí se gasta luz, agua y se llena un espacio público de banderas y estreleiras, Twitter o X se ha llenado de alabanzas de profesores que, en teoría, deberían estar ocupados preparando sus clases. Primero, en flagrante acto de violación de la libertad de expresión (porque igual no todo el mundo que entra por esas puertas apoya a los salvajes de Hamás, ni quiere hacer un remake del Holocausto); y segundo, por abandonar ya de forma descarada todo intento de dar a la universidad cierta imagen de neutralidad ideológica. Neutralidad que perdió hace décadas, si es que alguna vez la tuvo. Mateo Buján Varela. Ferrol.
Eventos musicales en Ourense
El alcalde de Ourense publicó una nota en las redes sociales llamando ineptos a la Xunta y la Diputación Provincial por permitir un evento musical en un ayuntamiento próximo a la capital. Poniendo el foco en un geriátrico que está al lado, con más de 100 personas mayores, y en el destrozo de la hierba de una pista de atletismo.
Me congratula que el señor alcalde piense en la hierba de una pista deportiva y no sienta el mismo cariño por la fuente y los bancos de piedra de Bispo Cesáreo, y por la fachada y las escaleras de de la catedral de Ourense, que tanto se maltratan en Navidad. También me conmueve la defensa de esos más de 100 ancianos, muy loable, pero me gustaría esa misma defensa con tanta vehemencia a los más de 100 internos de las tres residencias del casco histórico, una en la Alameda, otra en la esquina de la Plaza Mayor y otra junto a la iglesia de Santa Eufemia. En los últimos Carnavales, por ejemplo, el alcalde les obsequió con 3 disyoqueis, una orquesta, tres charangas y una batucada, simultáneamente y hasta más allá de las 3 de la madrugada. Gloria Barros.