Aclarando las aguas de Altri

Juan M. Lema Rodicio LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

Carlos Castro | EUROPAPRESS

02 jun 2024 . Actualizado a las 04:55 h.

Si fuera vecino de la comarca de A Ulloa o de la ría de Arousa y asumiera todas las informaciones sobre los efectos ambientales que provocaría la instalación de Altri, me manifestaría activamente en contra del proyecto. Pero, al menos en lo que se refiere a las aguas, las noticias que circulan no me parecen correctas, ni tampoco los efectos esperados. Soy consciente del riesgo reputacional al que me enfrento por publicar este artículo, a contracorriente de la opinión pública mayoritaria, en el que pretendo aportar datos y mi opinión para dar luz al debate público y político en relación con su impacto sobre el medio hídrico, y tratando de enviar un mensaje de tranquilidad a la sociedad civil. Me disculpo de antemano por lo aburridas que puedan resultar las cifras que aporto, pero creo que son necesarias.

Según lo manifestado por diversas organizaciones, son cuatro los focos de preocupación:

1.- Se estima un consumo máximo neto de agua de unos 16.000 m3/d (0,185 m3/s), tomándose las aguas del embalse de Portodemouros que, según el plan hidrológico Galicia-Costa, tiene un caudal ecológico mínimo de 3,5 m3/s en períodos de estiaje y de 1,68 m3/s en períodos extraordinarios de sequía. El consumo supondría, por tanto, un máximo de un 5,3 % en meses de estiaje (menos del 2 % el resto del año) y del 11 % en períodos de sequía extrema. El caudal medio del río Ulla en la desembocadura es de unos 70 m3/s.

2.- Se devolvería al río, aguas arriba del embalse, un efluente tratado en una instalación que tiene como elemento central un reactor biológico de membrana, probablemente la tecnología más moderna y eficaz. Se prevé un vertido con una concentración de 15 mg/L de nitrógeno y de 1,8 mg/L de fósforo, por lo que, según mis cálculos, el nivel ecológico del río no se vería afectado, incluso en las condiciones más extremas.

3.- Se descarta completamente la generación de compuestos organoclorados o órganomercuriales. Por otro lado, los estudios realizados sobre efluentes de plantas TCF (Total Chlorine Free) como la de Altri indican que tras su adecuado tratamiento no presentan toxicidad apreciable.

4.- Un sencillo balance de energía indica que en períodos de estiaje el impacto máximo del efluente (vertido a 26º C) sería entre 1,5-2º C, afectando exclusivamente al tramo de río previo al embalse (2-3 kilómetros).

Espero que con estas observaciones los habitantes de la ría de Arousa puedan apreciar que los efectos de los potenciales efluentes de la planta de fibra de celulosa en su entorno serían insignificantes.

Hay que destacar que el embalse de Portodemouros presenta un estado ecológico delicado debido a los vertidos incontrolados y a la contaminación difusa, con unos niveles de nutrientes preocupantes. Un estudio de la Universidad de Santiago estima que el embalse recibe aportaciones de unos 8.000 kg/día de nitrógeno y 430 kg/día de fósforo. Se instale o no la factoría de Altri, la Administración debería abordar seriamente este problema. El impacto relativo de la instalación industrial (unos 450 kg/día de nitrógeno y unos 60 kg/día de fósforo), aún siendo proporcionalmente pequeño, obviamente contribuiría a empeorar la situación.

El proyecto podría mejorarse si se incrementara el reúso de agua, reduciendo así el consumo y el aporte al río. Además, muy probablemente haya margen para, apurando las capacidades de la planta de tratamiento, reducir la concentración de nitrógeno y fósforo en el efluente, lo que permitiría minimizar su impacto.

Sugiero que, como compromiso con la sociedad, se solicite a la empresa la instalación de un sistema automático de seguimiento de la calidad del vertido, con datos accesibles públicamente; por ejemplo, desde una pantalla en el Concello de Palas de Rei y por internet.

Por supuesto, no entro a valorar la conveniencia o no de la instalación industrial, pues hay otros factores importantes que deben condicionar la decisión sobre la autorización del proyecto. En todo caso, creo que los vecinos deberían tener un peso muy importante en la aceptación de la instalación. Pero, eso sí, unos vecinos bien informados.