
Que un micrófono inesperadamente abierto sorprenda a traición a un político, o a una política, diciendo lo que no quisieran que oigan los demás, es sin duda una perrería. Tanta que quizá lo más lógico
Que un micrófono inesperadamente abierto sorprenda a traición a un político, o a una política, diciendo lo que no quisieran que oigan los demás, es sin duda una perrería. Tanta que quizá lo más lógico