El verano de los residentes de medicina de familia: ¿solución o problema?

Manuel Portela Romero AL DÍA

OPINIÓN

15 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El debate sobre la capacidad de los médicos residentes de Medicina de Familia de cuarto año para asumir labores asistenciales durante el período estival del 2024 es un tema relevante que implica aspectos formativos, legales y organizativos.

Es necesario recordar que parte del problema que tendremos este verano en la cobertura sanitaria de la atención primaria, no solo en Galicia sino en todo el Sistema Nacional de Salud, es una secuela de la pandemia de covid-19. Esa situación de excepcionalidad provocó que los nuevos médicos residentes del 2020 se incorporaran después del verano, lo que ahora da lugar a que en el 2024 no hayan acabado aun su período formativo y no puedan ser contratados como adjuntos. Esta situación puntual se une al problema sistémico de falta de médicos en el primer nivel asistencial.

Ante las dudas legales y la necesidad de personal médico, el Ministerio de Sanidad ha detallado los límites para que los médicos residentes de cuarto año puedan asumir actividades asistenciales encaminadas a afrontar el período estival de este año. El ministerio ha recordado que la asunción de responsabilidades del residente debe ser progresiva y combinada con un nivel decreciente de supervisión hasta alcanzar el ejercicio autónomo de médico de familia. El programa formativo de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria establece que los residentes deben ser capaces durante el cuarto año (último año de formación) de hacerse cargo de forma autónoma y completa de una consulta de Medicina de Familia sin la presencia del tutor, y que la supervisión se concretará en la posibilidad de que el residente pueda recurrir, en caso de duda o ante situaciones complejas, a su tutor principal, al de apoyo o a otros médicos de familia del centro de salud donde pase consulta. Asimismo, el ministerio subraya que se recomienda que la actividad asistencial autónoma se realice de forma progresiva, de tal manera que al finalizar el cuarto año esta abarque un período no inferior a dos meses.

En Galicia se han realizado cambios normativos en la línea del Ministerio de Sanidad para que los residentes de cuarto año (R4) de medicina de familia puedan asumir funciones asistenciales adicionales, que serán pactadas, voluntarias y retribuidas.

Si dudamos de la capacidad de los residentes al final de su formación para asumir estas funciones deberíamos recordar que durante los momentos críticos de la pandemia muchos médicos residentes, especialmente los R4 de medicina de familia, asumieron roles significativos en primera línea de atención, demostrando capacidad y compromiso. Esta experiencia evidenció que, con el apoyo adecuado, los residentes pueden manejar situaciones de alta responsabilidad. La pandemia también nos dejó claro la importancia de contar con un sistema sanitario flexible y resiliente ante situaciones excepcionales, y ahora estamos ante una situación grave, como es asegurar la asistencia sanitaria a las personas en un momento de falta de médicos de familia.