La sociedad está revuelta. Nada como una larga experiencia para señalar las líneas rojas y apuntalar los objetivos que no debemos perder de vista. La memoria es clave para darnos cuenta de que hay ríos que no se pueden volver a cruzar, ni siquiera en política. El presidente y editor de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, así lo subrayó en un reciente artículo de inexcusable lectura. Alertó en párrafos clarificadores que «se diluye la división de poderes, los políticos sustituyen los principios por el oportunismo, y hasta derechos fundamentales como la libertad de prensa están amenazados con intentos de regulación innecesarios e interesados». No podemos dejar que nada de eso suceda. La inacción es una forma de acción que encima alimenta a grupos extremistas que están interesados en que todo vaya mal, empeñados en devorarse.
Santiago Rey Fernández-Latorre, el presidente y editor de La Voz, recordó que «como editor de un diario que ha cumplido 142 años, y con más de 60 de dedicación al periodismo, pienso que es mi obligación decir no. Aunque otros se abstengan». Y le acompañan la razón y la pasión por una profesión que es más necesaria que nunca. La profesión de la verdad. La profesión de quienes no se dejan llevar por esas palabras interesadas de los políticos. No estamos en un momento que permita titubeos ni falsas expectativas. Necesitamos hechos. Precisamos que los ciudadanos se sientan acompañados y no comprar los discursos de quienes solo buscan enfrentarlos. La política de bandos termina por convertirse en política de bandas. No se puede permitir.
La cultura española es de una riqueza impresionante. Nos debe de servir siempre de referente. El cuadro Duelo a Garrotazos de Goya es la desgraciada imagen del momento que vive el país. El premio nobel Jacinto Benavente parece que le ponía título a todo lo que estamos viviendo con su obra Los intereses creados. Los intereses de unos pocos terminan en el mal de muchos. Recortar la libertad de prensa solo vendrá seguido del silencio de las imposiciones. Precisamos serenidad y artículos que nos guíen y reconduzcan una situación que puede tener en las urnas la salida más sana en una democracia que se precie como tal. El presidente y editor de La Voz, Santiago Rey Fernández-Latorre, autor del libro Yo protesto, lo ratificaba con una sinceridad que abrumaba en la declaración de intenciones hacia el final de su texto: «En mi ya larga carrera, conocí la censura y la persecución de la dictadura, luché por la instauración de la democracia y mantengo mi compromiso de ser siempre la conciencia crítica del poder». Y añadía con contundencia que «como editor, no puedo aceptar que se limite de ningún modo la libertad de prensa. Mucho menos, que un Gobierno pretenda unilateralmente tomar decisiones sobre un derecho fundamental. Las leyes evolucionan, porque la sociedad también lo hace, pero ningún cambio en la regulación de la prensa puede ser acertado si no se hace con consenso político, seguridad jurídica, participación del sector y salvaguarda primordial de los derechos de los lectores. A todo lo demás, gobierne quien gobierne, La Voz de Galicia dirá siempre no».