
No mencionar al apóstol en el Estatuto fue un olvido imperdonable. Hubiera bastado una mención breve en un artículo secundario, o una humilde disposición adicional que el tiempo iría borrando. Ni eso. Faltó un mínimo
No mencionar al apóstol en el Estatuto fue un olvido imperdonable. Hubiera bastado una mención breve en un artículo secundario, o una humilde disposición adicional que el tiempo iría borrando. Ni eso. Faltó un mínimo