Las redes sociales están llenas de este nuevo concepto, el del ADN referido al fútbol: ADN La Liga, ADN Barça, ADN Real Madrid… son términos que ustedes habrán oído alguna vez, casi siempre de la boca de periodistas deportivos y, en general, de gente del mundo de la farándula futbolística, como algunos youtubers, tiktokers y colaboradores de chiringuitos televisivos, muchos de los cuales seguramente desconocen el verdadero significado de ADN. La palabra ADN es un término de uso biológico que designa una molécula química, el ácido desoxirribonucleico —de ahí las siglas ADN—, que contienen las células y en la cual residen las instrucciones para construir y hacer funcionar nuestro cuerpo. Es decir, el ADN presenta la información biológica que nos hace ser quienes somos; información que se pasa de padres a hijos, de generación en generación. El mundo del fútbol ha cogido prestada esta palabra. Por ejemplo, el término ADN Barça se emplea para definir la esencia del estilo de juego y la filosofía del F. C. Barcelona, caracterizada por la posesión del balón, el juego ofensivo y la formación de talentos propios; el ADN Real Madrid, por su parte, es un término que se usa para describir la mentalidad ganadora y la capacidad de sus equipos para rendir en los momentos más decisivos, especialmente en la Champions League; el ADN Atlético de Madrid se asocia con la resiliencia, la lucha y la entrega total en el campo; y muchos más.
Así, el término ADN en el fútbol se ha popularizado como una manera de capturar la esencia cultural y deportiva de un equipo o un club, para definir su identidad en el panorama del fútbol mundial. Sin embargo, emplear el ADN como una marca de rasgos que hacen a un grupo de personas superior o diferente a otro, como en ocasiones se hace en el fútbol, es peligroso, ya que puede convertirse en una forma de discriminación y división, como ya ha ocurrido en el pasado. Históricamente, algunos nacionalismos han empleado el ADN como elemento diferenciador y separador. También el ADN ha sido utilizado por racistas para defender una supuesta supremacía de la raza blanca. Hay incluso quien lo emplea para hacer prevalecer una hipotética superioridad del hombre sobre la mujer. Ya ven, el ADN ha sido fuente de justificación para xenófobos, racistas y misóginos. Todo esto tiene un nombre: discriminación genética, la cual se define como aquella circunstancia en la cual el ADN de alguien se utiliza en su contra en diversos ámbitos. ¿Por qué emplear entonces el ADN en el fútbol, teniendo palabras tan bonitas y menos controvertidas como esencia, naturaleza o filosofía que perfectamente podrían ser empleadas en su lugar?