«Procés»: la muerte tenía un precio

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto EL QUID

OPINIÓN

David Zorrakino | EUROPAPRESS

21 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«El procés ha muerto, se afanan en repetir los adoradores del sanchismo y sus terminales mediáticas. Solo les falta añadir: «¡Viva el procés!». Pero ¿cuál ha sido el precio del procés? No es que les haya salido barato, es que les ha salido rentable. Veamos: desde que el 1 de octubre del 2017 se celebrase la charlotada del referendo de autodeterminación y el 10 de ese mes se aprobase la independencia más breve de la historia de cualquier nación —otra payasada, 8 segundos tardó Puigdemont en declarar la suspensión de la republiqueta—, Cataluña ha obtenido el traspaso de las competencias de inmigración, de los trenes de cercanías, una ley de amnistía a la carta, la condonación de 15.000 millones de deuda y un sistema fiscal propio (autonomía para recaudar los impuestos al margen totalmente del Estado).

Sí, el procés ha muerto, pero no las ansias independentistas, que, visto lo obtenido, volverán a la carga para conseguir más. Es lo que llevan haciendo décadas en Cataluña, el País Vasco y Navarra, tras aquel pecado original de la Constitución de darles un trato de favor a estas regiones para facilitar el delicado tránsito de la dictadura a la democracia. En puridad, la Transición no terminará hasta que se acabe con esa anomalía de los «territorios históricos» que pone a tres comunidades por delante —con unas prebendas escandalosas— del resto.

Cuando Putin se anexionó Crimea por las bravas, Occidente hizo la vista gorda, quizá pensando que ahí se acabaría todo. Ocho años después, Rusia invadió Ucrania, iniciando una guerra que ya se ha cobrado más de 170.000 muertos. Y es que ceder a los chantajes nunca ha dado resultado, aunque algunos duerman muy bien en su palacio.