Mascotas

Ramón Pernas
ramón pernas NORDÉS

OPINIÓN

LUIS GANDARILLAS | EFE

14 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En el reciente debate preelectoral entre Kamala Harris y Donald Trump, este último deslizó un bulo, una falsedad. Acusó a algunos inmigrantes de comer mascotas, perros y gatos domésticos.

Los perros han sido acompañantes frecuentes de parejas y familias de vacaciones en las costas gallegas. Su número creció exponencialmente, y este verano eran huéspedes habituales de terrazas, merenderos y chiringuitos. Las parejas más jóvenes paseaban con uno o más canes. Los que frisaban edades provectas llevaban en brazos a pequeños caniches, y a los simpáticos bichones de Malta, cuando no a un chiguagua que no medía un palmo.

Los melancólicos galgos recuperaron este verano su hegemonía siendo adoptados y cuidados por personas que aman la naturaleza en sus criaturas; y si he visto muchos galgos, también he visto famélicos podencos con sus amos fuera de la temporada de caza.

Buldogs franceses remolones y cansados, y los inquietos y pizpiretos perros salchicha, completaban con los descastados canes de mil razas y mil madres, el cátalogo agosteño de la fauna canina.

Lo que no he visto es al menestral y proletario can de palleiro, santo y seña canino de Galicia, ausente de la pasarela perruna en mi lugar de veraneo.

En España según el último censo de perros registrados en el 2022, hay 9.300.000 ejemplares, y si el abandono decreció notablemente se incrementó de forma considerable la adopción sobre todo en sociedades protectoras de animales. En Galicia hay una población de mascotas que totaliza 750.550 «damas y vagabundos», canes domésticos con su correspondiente chip y vacunas. Y si Asturias reúne a la colonia mas numerosa, en la comunidad gallega estamos entre las cinco primeras del Estado.

De los gatos no decimos nada pues son materia de otro artículo, como lo son los animales exóticos al amparo de humanos y como ejemplo citamos al pequeño canguro atropellado en una carretera gallega tras escaparse de su casa/territorio.

No me extrañaría que el próximo agosto incluyeran en las cartas de los merenderos un menú canino con pienso y delicatesen para solaz de sus propietarios. Aquí dejo la idea. Seguro que la tropa perruna me lo agradecerá y al verme sentado en una mesa vecina vendrá uno de ellos a lamerme una mano.