Cada vez que se celebran unos juegos paralímpicos nos viene a la memoria la vieja polémica sobre la voz paralímpico. Como contamos aquí en alguna ocasión, la cosa estalló en 1992. El Comité Paralímpico Nacional había solicitado que se reconociese oficialmente su nombre, y la Secretaría de Estado para el Deporte solicitó a la Academia Española que se pronunciase. Esta señaló que, «aunque la formación lingüísticamente correcta hubiera sido paraolímpico o parolímpico», tenía razón el Comité Paralímpico Español al decir que carecería de sentido defender una de esas formas frente a paralímpico, la empleada por el comité internacional en Juegos Paralímpicos.
Ignoramos cómo se tomó la decisión en aquella casa, donde la discreción es una de las virtudes más preciadas. Aquel año ya era director de la RAE Lázaro Carreter, que el 13 de octubre publicó en La Voz de Galicia un artículo donde criticaba el término elegido: «Un tanto sonrojante —escribía— ha sido que a los Juegos celebrados últimamente en Barcelona se los haya llamado paralímpicos en toda la prosa oficial y en gran parte de los medios de comunicación que la engullen sin crítica». Creía que, una vez conocida la opinión de eminentes helenistas, se optaría por parolímpico y parolimpiada, pero acabó imponiéndose la que tachó de «invención muy moderna».
Los partidarios de parolímpico veían en este término el elemento compositivo para-, de origen griego, muy usado en español. Pierde la última vocal cuando se une a una palabra que empieza por vocal (parótida, parodia). Aunque la RAE había justificado inicialmente su decisión en que paralímpico era ya la forma consagrada por el comité internacional, el Diccionario panhispánico de dudas justifica años después la elección con una nueva etimología, de la que desaparece para- (‘semejante a’): «Es voz tomada del inglés paralympic, acrónimo de para[plegic] + [o]lympic». Curiosamente, el Comité Paralímpico Internacional dice que paralympic está formado por el griego para y olympic y significa que esos juegos son paralelos a los olímpicos. Sin embargo, en otro lugar afirma que se trata de un cruce de paraplegic y olympic. Entre las fuentes inglesas hay división de opiniones.
Pese a la elección de la Academia Española, parolímpico y parolimpiada aparecieron en el Diccionario en el 2001, aunque desde esas entradas se remitía a paralímpico y paralimpiada. En la siguiente edición ya desaparecieron.