
La globalización y el cambio climático influyen en la expansión y distribución de los mosquitos que actúan como vectores de transmisión de virus responsables del desarrollo de enfermedades infecciosas (es lo que se conoce como zoonosis). En Europa, entre los años 2007 y 2012, se han registrado brotes de enfermedades infecciosas producidos por virus como fiebre de Chikunguya y dengue, los cuales son transmitidos por los mosquitos Aedes y Virus del Nilo Occidental, cuyo vector de transmisión es el mosquito Culex.
En España, las enfermedades transmitidas por mosquitos pueden clasificarse en dos grupos. En el primero estarían las enfermedades causadas por mosquitos que ya residían en la Península Ibérica, concretamente en el sur, como es el caso de la del virus del Nilo Occidental transmitida por mosquitos del género Culex. El reservorio natural del Virus del Nilo Occidental son las aves salvajes migratorias, por lo que resulta esencial una vigilancia epidemiológica continua de estas aves, así como de los mosquitos, para detectar e identificar el riesgo para las poblaciones humanas expuestas a ellos. La mayoría de las personas infectadas por Virus del Nilo Occidental no presentan sintomatología o experimentan solo malestar leve, fiebre, astenia y/o cefalea. Un pequeño porcentaje desarrolla cuadros de fiebre alta, dolores musculares, náuseas y erupciones cutáneas, y en menos del 5 % (siendo las personas más propensas aquellas de edad avanzada y/o inmunodeprimidas) se desarrollan cuadros neuroinvasivos, siendo los síndromes más frecuentes la encefalitis y la meningitis, pudiendo ocasionar la muerte de la persona afectada.
En un segundo grupo, se engloban las enfermedades transmitidas por mosquitos que no son habituales en el país, pero que han empezado a detectarse en determinadas áreas, sobre todo en zonas de Levante. Entre ellas destacan la fiebre de Chikunguya, el dengue y el zika, transmitidas por mosquitos del género Aedes. Aunque ha habido casos de dengue autóctono en España en los últimos años, no podemos hablar de situación endémica a fecha de hoy, si bien es esencial mantener alto nivel de sospecha ante cuadros compatibles en determinadas regiones del país donde Aedes parece estar establecido. Las tres comparten ciertas características clínicas, incluyendo malestar, fiebre y dolores osteomusculares, pudiendo presentar erupciones cutáneas con frecuencia variable. Cada una posee rasgos diferenciales. Los episodios repetidos de dengue causados por serotipos diferentes pueden provocar dengue hemorrágico, con una tasa de mortalidad no despreciable. La enfermedad por virus Chikungunya puede desencadenar poliartritis crónica, similar a la artritis reumatoide, en personas predispuestas, y la enfermedad por virus zika en embarazadas provoca malformaciones características en los recién nacidos de madres que enferman durante el embarazo (microcefalia).
En aquellas regiones de mayor riesgo, las medidas de prevención son claves para evitar grandes brotes. Entre ellas destacan todas aquellas destinadas a evitar las picaduras de mosquitos, como el uso de repelentes, mosquiteras, evitar exponerse a los mosquitos en los momentos del día de mayor actividad de estos, etcétera. Es importante también destacar aquellas medidas destinadas a evitar crear hábitats que favorezcan la cría de las larvas de mosquito (aguas estancadas de cualquier naturaleza), el uso de larvicidas para el control de las poblaciones de mosquitos en zonas concretas y, quizá en un futuro a corto plazo, el uso de mosquitos modificados genéticamente que no puedan portar y transmitir los virus mencionados.
Por último, cabe destacar que las vacunas frente a todas estas enfermedades transmitidas por mosquitos están en diferentes fases de desarrollo y serán claves en un futuro próximo. Así, la vacuna frente al virus de la encefalitis japonesa (muy relacionado con el Virus del Nilo Occidental y con el mismo mosquito como vector) está consolidada desde hace años como recomendación para viajeros a zona endémica en el sudeste asiático; y las vacunas frente al virus del Nilo Occidental se encuentran en fases incipientes de desarrollo, al igual que las del Chikungunya. Las vacunas frente al dengue ya están aprobadas para su uso en la vida real desde hace poco y han supuesto un avance importante para afrontar epidemias como la que este año ha asolado muchos países sudamericanos.