A lo largo de los años, dentro de los argumentarios del Partido Popular en la gresca política de este país ha estado siempre vivo el fantasma de ETA. El PP ha hecho bandera de la defensa de las víctimas del terrorismo y se ha mostrado tremendamente duro con las concesiones del PSOE al mundo etarra de Bildu.
Por ello es absolutamente incomprensible que a los populares les hayan metido un gol por la escuadra desde el partido socialista y desde Bildu, al colarles una enmienda de Sumar que permite acortar sensiblemente las condenas de varios de los etarras más sanguinarios. Una vergüenza para el PP (también para Vox) muy difícil de asimilar, hasta el punto de que el propio Alberto Núñez Feijoo ha tenido que coger el teléfono y llamar a la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Maite Araluce, y pedirle perdón. Un sapo enorme el que se ha tenido que tragar el máximo dirigente de la oposición en España.
Pero la pregunta que cala en el ambiente es si es suficiente con la petición de disculpas. Obviamente, la respuesta es no. Pedir perdón era una obligación, como lo es que el presidente del PP entregue la cabeza de quienes han cometido, no el error, sino la negligencia de dejar pasar semejante enmienda y dar un triunfo enorme a quienes desde la derecha se ha criticado tanto. En todo caso, si no hay ceses o dimisiones, que es lo que se presta ante la gravedad de los hechos, debería de haber algún tipo de castigo que ahora mismo no se atisba.
Borja Sémper, el portavoz popular, habla de fallo generalizado, pero según se ha publicado, en la ponencia que redactaba el informe sobre el proyecto de ley orgánica había tres diputados del PP: Rafael Benigno Belmonte, Ana Belén Vázquez y José Manuel Velasco. Vázquez no pudo asistir a la reunión de la Comisión de Justicia del 10 de septiembre y la sustituyó la portavoz de Justicia del PP, María Jesús Moro. Por no hablar también de los servicios jurídicos.
Es por ello que por el bien de la credibilidad de un partido que es alternativa de Gobierno y que pretende ser coherente con los temas importantes, las cosas no pueden quedar en una simple petición de disculpas. Feijoo no tiene la culpa, pero debe mostrar mano firme y demostrar que hay cosas que no se pueden pasar por alto.