Los gramáticos llaman grupos nominales escuetos a aquellos cuyo núcleo es un sustantivo común y no aparecen precedidos de un determinante, una de las palabras, como los artículos y los demostrativos, que determinan el nombre, al que suelen preceder, o un cuantificador.
Empleamos continuamente grupos nominales escuetos que no chocan en absoluto al hablante español: Tiene gripe; Fichó excelentes jugadores; Niños pequeños jugaban en el parque. Otros nos disuenan: Niño pequeño jugaba en el parque. Que esas omisiones nos parezcan aceptables o no depende de varios factores y de su relación entre ellos.
Lugar propicio para encontrar grupos escuetos son los titulares de los periódicos. Una de sus características es que en ellos no hay división de palabras a final de línea. Otra, el breve espacio de que dispone el periodista para ajustarlos. Ambas son la causa de que en ocasiones sea muy difícil redactar el encabezamiento de una noticia, una crónica o un reportaje. Esa dificultad para limitar el mensaje a un corto número de caracteres es una de las causas de la tendencia a prescindir en los grupos nominales de los determinantes. Se observa en la prensa española. Aquí es posible leer el título «Hotel de lujo destruido por un incendio en Málaga» o «Un hotel de lujo, destruido por un incendio en Málaga», pero será muy difícil ver «Incendio destruye hotel de lujo en Málaga».
Las supresiones de determinantes son práctica común en algunos países americanos: «Abogado de ministra critica garantías ofrecidas a relatores», titula un diario chileno. Un periódico español le hubiese añadido cuatro artículos: El abogado de la ministra critica las garantías ofrecidas a los relatores. Es más difícil adivinar cómo adaptaría este: «Pelean a golpes sindicato petrolero».
Ante ese fenómeno sin vuelta atrás, la gramática de las academias se muestra contemporizadora: «En los titulares de noticias de muchos medios de comunicación escrita, especialmente americanos, se tiende a la omisión generalizada de los determinantes e incluso de algunas preposiciones y conjunciones subordinantes. [...] Fuera de los registros mencionados, en los que el número de palabras es un factor decisivo, estas omisiones no se consideran recomendables». Con lo que indirectamente bendice esas omisiones no recomendables en los títulos periodísticos.
Curiosa dispensa.