No imaginaba Fellini cuando acuñó en La doce vita el término paparazi que aquella palabra y aquella profesión que debutaron con el glamur embriagador del cine clásico se propagarían como lo han hecho en el tiempo y el espacio. Ni que la frontera que separa el salseo de la noticia se volvería a veces tan borrosa. El vocablo italiano da ahora nombre a una serie documental de Movistar que propone un relato alternativo de la historia de España desde el prisma de la crónica social, las portadas y las exclusivas que la han definido. Muchas veces, resultado de traiciones flagrantes; otras, como sustancioso negocio para retratadores y retratados; y, algunas más, como origen de crisis empresariales y políticas. «Si contáramos todo lo que sabemos tendríamos que irnos de España», advierten.
La serie arranca con tono de aventura, exudando adrenalina y dibujando al paparazi como taimado cazador en busca de una presa. El primer relato del capítulo inicial es el de la batida para captar en bikini a la reina Letizia, siendo aún princesa, durante un baño privado en la isla de Cabrera. A su lado estaba el príncipe Felipe, también en bañador, pero el documental evidencia que el trofeo es siempre la mujer, aquí con 300.000 euros de beneficio para el fotógrafo y una grave brecha de seguridad para la casa real. También revela curiosidades como aquello que Lola Flores siempre defendió como un desnudo robado, aunque en realidad apretó hasta el final la negociación de cada billete recibido.