¿Nadie para a «demomafia»?

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

JA

24 oct 2024 . Actualizado a las 13:25 h.

Seguro que han visto alguna: en los últimos años han aparecido en diversos puntos de la provincia coruñesa unas pintadas que gritan —porque escribir en mayúsculas equivale a gritar— «Vivimos en demomafia». No son una ni dos, hay docenas iguales en concellos de lo más dispares y distantes. Por lo visto, también han llegado a Madrid y Oporto, entre otras ciudades. Ignoro quién fue primero, pero supongo que el autor original se quedó muy satisfecho de su hallazgo semántico, que no sé si es una palabra compuesta o un acrónimo (apelo a Francisco Ríos y su Mirada en la lengua). «Demo-mafia» en lugar de democracia, qué genialidad. Como decía Eduardo Mendoza, una demostración de «la inconmensurabilidad de la inventiva humana y el tesoro inagotable de nuestra lengua». Lástima que este tirano de espray no lo utilice en las paredes de su casa y, en su lugar, tengamos que tragarnos todos los ciudadanos su filosofía barata de aerosol. Lo mismo pienso de los que cuelgan sábanas de los puentes, me da igual si es para clamar contra el «genocidio» en Palestina —que bien lo explicó Bernard-Henry Lévy en este periódico— o para anunciar que «la Vane y el Jonathan se casan».

Sin embargo, hay días que uno piensa: ¿y si demomafia tuviera razón? Por ejemplo, cuando el fiscal general del Estado amenaza con que maneja «material muy sensible» y que, «si yo quisiera hacer daño a un determinado espectro político, tengo información de sobra». O cuando el Gobierno rebaja por decreto la mayoría para renovar el consejo de administración de RTVE y el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, promete negociarlo «con todos los grupos parlamentarios... bueno, con todos menos con Vox». O sea, con los proetarras de Bildu sí, ahí no hay remilgos ni cordones sanitarios.

Lo mismo me pasa cuando leo el plan del PSOE para prohibir el scroll infinito, el desplazamiento continuo por los contenidos de Instagram, TikTok, X o Facebook; y posponer hasta los 14 años el acceso a los móviles y hasta los 16 a las redes sociales.

Yo estoy tranquilo porque sé que España es un Estado de derecho, pero, por favor, que alguien pare a demomafia.