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Halloween y Todos los Santos
Recuerdo cómo mis padres seguían la tradición que marcaba el día 1 de noviembre: ir al cementerio a poner flores como gesto de recuerdo y cariño a aquellas personas que nos han dejado. Sin embargo, cada vez es menos frecuente esta costumbre, ya que la tradición ha ido perdiendo fuerza ante la gran celebración de Halloween. La gente joven prefiere aprovechar esta festividad para salir, celebrar y disfrutar de una noche plagada de diversión y disfraces. La discusión se centra en si estamos perdiendo nuestra identidad y tradiciones. Pero ¿es negativo el hecho de querer acercar la normalidad y la diversión a un tema tan doloroso como la muerte, o debemos seguir asociándolo únicamente al llanto y la pena? Patricia Franco Frías. Barcelona.
Su señoría Frankenstein
Onte tiven que acudir o xulgado de Familia número 10 de A Coruña. Ninguén vai nunca moi a gusto a eses sitios, pero o que atopei naquela oficina (porque creo que o que había debaixo de toda a decoración era una oficina) púxome medo, aínda que non no sentido que os decoradores pretendían. En que mans estamos? Todos os funcionarios estaban disfrazados coma nunha película americana de Halloween: gorros de meiga, narices con enrugas, membros da familia Adams, zombis, pantasmas... Enriba dos expedientes, cabazas, caveiras e gatos negros. Penduradas do teito arañeiras de algodón e morcegos de plástico. Varios potes de plástico con larpeiradas. «Trato ou embargo?», faltáballes dicir a estas persoas que igual estaban mellor noutro sitio que nunha oficina na que se atenden problemas tan delicados. Fernando Lage Rey. A Coruña.
Reforzar la voz de las víctimas de agresiones
El caso de Íñigo Errejón subraya la crucial necesidad de apoyar a las víctimas que se atreven a denunciar. Cada denuncia es un acto de resistencia contra la cultura del silencio que ha normalizado la violencia. Las víctimas deben sentirse respaldadas y seguras al hablar. Es esencial que existan espacios donde sus testimonios sean escuchados y valorados. Cada voz que se alza puede inspirar a otras y ayudar a desmantelar actitudes tóxicas que perpetúan el abuso. Adriana Mendoza. Vigo.