En la boca del lodo: tarde y mal

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Borja Puig de la Bellacasa

03 nov 2024 . Actualizado a las 20:35 h.

La alarma se envío tarde. La Aemet habló doce horas antes de alerta roja. Pero ahora no es el momento para que unos acusen y señalen a otros. El rey ha puesto sentido común. Toca unidad. Mucha unidad. El sistema de alerta telefónica en España es muy reciente. Y apenas se ha probado, aclaran los expertos. Aun así es evidente que la alarma tuvo que emitirse antes. Pero tiempo habrá para investigar lo qué falló y quiénes fueron los responsables. Ahora es la fase aguda de respuesta al desastre, al impacto. No se está reaccionando a la velocidad adecuada. Ni a la altura de las dimensiones de la tragedia. Si es necesaria la emergencia nacional, que se declare. Hacen falta más medios. El jueves había ocho forenses para decenas de cadáveres y solo se aprobó la llegada de ocho más, claramente insuficientes. Después del golpe brutal se necesita actuar. No discutir sobre cómo se podía hacer mitigado la tragedia. Estamos ante uno de los desastres de mayor impacto económico. La recuperación será eterna. Han perdido a sus seres queridos. Han perdido sus casas. Sus coches. Sus calles. Sus plazas. Sus vidas. La tercera región económica de España tardará en salir. Hay que aprender de lo sucedido. Tenemos que cambiar la cultura de la emergencia. Una alarma nunca es en vano. Dice un experto en conflictos que la cifra de más de doscientos muertos y de centenares de desaparecidos está muy lejos de los 8.352 que fallecieron por la ola de calor en el 2023, hace nada. Y de los más de 162.000 que fallecieron por la pandemia, según estadísticas. Pero las imágenes son tan impactantes que nos impiden entrar en estos recuentos de parte. Solo queremos dejar de ver esos pueblos destrozados. Esas personas hundidas. De repente Valencia no parece una parte de España, de Europa, del primer mundo. Hace poco criticaron a Biden por el aviso de muerte que lanzó sobre Florida por un huracán que no fue tan devastador como estaba previsto. Pero ¿cuántas vidas salvó Biden por la precaución, a pesar de los memes con los que lo ridiculizaron? En las tragedias de impacto brusco, en las calamidades como esta, es clave tomar medidas de prevención cuanto antes. Si los avisos hubiesen llegado a tiempo, hablaríamos de otro escenario. 500 litros por metro cuadrado en Chiva en ocho horas es una barbaridad. El problema es que los coches están amontonados. Que los cadáveres están amontonados. Que los vivos no tienen agua ni luz. Hay miles de españoles que lo han perdido todo y están tirados. Encima sufren pillaje. Cómo pueden llegar los ladrones y los periodistas y que se diga que la ayuda no puede acceder. Todo se lo ha llevado una riada mortal. Haga algo, presidente Sánchez. ¿Dónde estaba el Ejército? Ayer solo había un ejército de escobas de voluntarios. Ahora hay que buscar aún cabezas de los muertos. Llegará el tiempo de pedir las cabezas de los responsables. Toda solidaridad es poca. Y luego aprender. Mejorar los protocolos de este país de taifas. Y no construir donde no se debe, por ejemplo. El lodo es la tierra que reclama su lugar. No será el último latigazo del agua.