Me gustaría aprovechar este espacio para hacer un ejercicio de prospección y observar el futuro más allá de la victoria de Trump y los cambios que vendrán en el mañana próximo. Yo me pregunto ¿qué pasará dentro de 4 años? ¿Se presentará Trump a un tercer mandato? Sí, ya sabemos que la enmienda número 22 de la Constitución de Estados Unidos establece que ninguna persona podrá ser elegida más de dos veces como presidente, pero… ¿Y qué decía la Constitución de su país a Bukele cuando tenía prohibida la reelección? Y tampoco tuvo que cambiar su carta magna como hicieron otros antes, tan solo tuvo que alterar la interpretación de una sala de lo Constitucional recién conformada por jueces afines.
Así pues, ahí está la clave con Trump. Y quien crea que en una sociedad como EE.UU. no se aplicaría algo típico de una república bananera es que no conoce al personaje ni está muy al tanto de la política estadounidense.
Durante su mandato, Trump designó ni más ni menos que 3 jueces del Tribunal Supremo. Y ahora es cuando usted dirá: un juez del Tribunal Supremo no se va a dejar mangonear. Pues recientemente el TS estimó a petición de los abogados del ahora presidente (debido a sus numerosas causas pendientes con la justicia) que Trump era de facto inmune en el ejercicio de su cargo. Y en ningún sitio de la Constitución se establece eso. Es más, de una interpretación claramente interesada de la sección 3 de la decimocuarta enmienda, el Alto Tribunal no ha querido significarse respecto a su responsabilidad por el asalto al Capitolio en el 2020.
Y ahí es donde entra mi posible escenario prospectivo: tenemos un personaje altamente narcisista, con desequilibrios mentales comprobados objetivamente por especialistas, y eminentemente ególatra. Que ha visto como a pesar de ser el primer presidente condenado penalmente por delitos graves, agresor sexual y amigo del pedófilo Jeffrey Epstein; a pesar de una infidelidad conyugal con una actriz porno que quiso silenciar ilegalmente, la ocultación y uso de documentos altamente secretos de modo discrecional al abandonar la Casa Blanca, la defraudación de sus empresas al erario público, un discurso preocupantemente racista y fascista, y como colofón el único presidente en la historia en no reconocer su derrota electoral y que trató de subvertir la decisión popular reflejada en las urnas con un asalto al Capitolio de por medio… A pesar de todo esto, ¡vuelven a elegirle para el cargo! Por tanto, ¿es tan difícil creer que dentro de 4 años, tras haberse auto indultado, se pueda creer invencible y legitimado como para decirle a ese entregado Tribunal Supremo, me quiero quedar un poco más?
Y es que en caso de duda sobre cómo proceder, siempre podrá consultarle a Putin, que en eso tiene experiencia.