El político John Locke

Cristina Gufé
Cristina Gufé LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

13 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

John Locke. Este médico nacido en 1632 es uno los representantes de la segunda corriente filosófica de la modernidad: el empirismo inglés. En su obra destacan las ideas políticas, al hallarse estas en la base de las constituciones de países como EE.UU. Un principio de Locke que rige al conjunto es el siguiente: los seres humanos somos libres e iguales; alrededor de este eje se vertebra todo lo demás. Para fundamentar y legitimar el Estado y el poder, siempre hemos de considerar el punto de partida. Al nacer ya tenemos derechos —propiedad privada, con base en el trabajo—, pero resulta difícil defenderlos; esto constituiría el llamado «estado de naturaleza».

El ser humano crea el Estado por una especie de contrato con el fin de salvaguardar el derecho a la propiedad, para lo cual se deben ceder otros derechos, como el de hacer leyes. En lo que se refiere al poder político, es evidente que no se puede justificar el absolutismo. Un gobernante con poder absoluto resultaría contradictorio, al situarse por encima de sus iguales; esto resulta paradójico, ya que en realidad viviría en «el estado de naturaleza», no pertenecería a la sociedad civil, ya que no se habría desprendido de la parte de poder que cada individuo concede al Estado. La política tiene ventajas, resulta útil organizarse en sociedad; se le va a permitir a los gobernantes que administren lo que se les ha cedido, de forma explícita o implícita por consenso. Los políticos deben procurar el bien común y ser controlados por los ciudadanos.

Defiende la separación de poderes; el supremo es el legislativo —incluye el judicial—, el otro, subordinado a él, es el ejecutivo. El poder legislativo es «el alma que da vida, forma, y unidad al Estado», pero incluso este poder ha de estar limitado por derechos naturales, ya que el poder es de libertad conforme a la razón y la felicidad. Defensor de la tolerancia, promueve también la separación de lo temporal y lo espiritual. Según señala Jean Touchard en Historia de las ideas políticas, «la obra de Locke (…) es el prototipo de obra que aparece en el momento más oportuno y que refleja la opinión de la clase ascendente… Teórico de la Revolución inglesa, expresa el ideal de la burguesía». Las ideas de Locke forman parte de los principios de las democracias.