14 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.
El pasado martes escuché una comparecencia de Pedro Sánchez —meliflua y pacificadora— que tardé en reconocer. Porque, si tomamos como referencia el Réquiem de Mozart, había pasado del Confutatis maledictis que le cantó a Feijoo
Contenido exclusivo para suscriptores