Desnuda frente al espejo

Cristina Sánchez Andrade ALGUIEN BAJO LOS PÁRPADOS

OPINIÓN

María Pedreda

22 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ponen estos días en la web de RTVE la película Buena suerte, Leo Grande, una comedia dramática que se estrenó en el 2022, dirigida por Sophie Hyde. La trama gira en torno a Nancy Stokes, un personaje interpretado por Emma Thompson, una mujer de 55 años que, ya viuda, decide explorar su sexualidad y contratar a un joven trabajador sexual llamado Leo (Daryl McCormack). Con él espera sentir placer sexual por primera vez en su vida: tener sexo oral, hacer el «69» y otras cosas que ha encontrado en internet.

Sin ser una película magistral, tiene muchas capas y te da que pensar. La actuación de Emma Thompson —que, junto con otras actrices como Kate Winslet, llevan tiempo plantando cara a la perfección física que vende Hollywood— es auténtica y conmovedora. El personaje pasa por una amplia gama de emociones: desde la vergüenza y la confusión, hasta el empoderamiento y la satisfacción. Thompson tiene un don especial para humanizar a sus personajes, mostrando su vulnerabilidad y fortaleza a lo largo de la historia. Tanto la actriz como el personaje caen bien. Y, como en toda película o libro que son ricos en temas, uno se queda con lo que le apetece. Yo me quedaría con la decisión que muestra el personaje de no resignarse y también de quitarse la máscara que se ha construido a lo largo de sus 55 años. Todos tenemos esta máscara que nos protege de lo que nos da miedo. Hasta que conoce a Leo, que tiene la capacidad de desmontar al personaje arrancando capas de su personalidad —tanto física, según la desnuda, como simbólicamente—, Nancy es una profesora de instituto fría, rígida, que ha vivido atrapada en un matrimonio convencional y también por las expectativas sociales. Leo sabe hacerla sentir bien, guapa y atractiva, a pesar de su madurez. Hombres así hacen falta en el mundo. Además, la hace entender que la búsqueda de placer y la autocomprensión sexual no tienen límite de edad, algo muy relevante en una sociedad donde se tiende a invisibilizar a las personas mayores en cuestiones relacionadas con el deseo y la sexualidad. Es muy simbólico que al final de la película Emma Thompson (o Nancy) salga desnuda frente al espejo. Resulta chocante, no estamos acostumbrados a que nos muestren a mujeres maduras en cueros. Pero el espectador comprende que esta mujer ha conseguido aceptarse tal y como es, con sus arrugas, su barriguita, sus alas de murciélago bajo el brazo y sus michelines.