Hay que empezar a trabajar antes
Tengo veinte años de edad y llevo dos años cotizados. Actualmente compagino los estudios con un trabajo a media jornada, ¡y me encanta!
En estos dos años he alcanzado un nivel de madurez que jamás habría imaginado. He aprendido a madrugar, pero a madrugar de verdad; he aprendido a gestionar mi dinero; he aprendido a trabajar con personas que me doblan o me triplican la edad; he aprendido a valorar el esfuerzo y, sobre todo, he aprendido a doblar el lomo. Si pudiera volver al pasado, tengo claro que empezaría a trabajar a una edad más temprana.
Creo que todo el mundo debería empezar a trabajar antes de los dieciocho años. No digo que los jóvenes tengan que dejar los estudios, ni mucho menos, pero creo que un trabajito los fines de semana o un verano descargando camiones le iría bien a todo el mundo. Víctor Calero.
La muralla
Cuando éramos adolescentes quedábamos en la muralla, era nuestro punto de encuentro. La muralla era el lugar donde hacer planes, charlar, reírnos, compartir experiencias, enamorarnos… Era nuestra pequeña red social, donde un abrazo sustituía a un like y un beso a un «me gusta».
Ahora, los sentimientos se expresan con emoticonos, las relaciones son virtuales, compramos y vendemos online, e interactuamos y estamos conectados con personas a las cuales muchas veces no veremos nunca. Estamos perdiendo la esencia de mirarnos a los ojos y expresar sensaciones sin filtros de por medio. Nos refugiamos en aplicaciones, chats, etcétera, lugares donde sentirnos seguros, a salvo, pero que nos limitan a la hora de relacionarnos y empatizar con los demás.
No estoy en contra de las redes sociales, pero si abogaría por que hubiese más murallas en nuestras vidas donde poder compartir in situ sensibilidades, emociones, afectos. Tal vez sean los años, y a mis 50 y diez no me acostumbro a todo esto, pero sería bueno hacer una pequeña reflexión entre todos y crear, repito, murallas donde establecer vínculos y conexiones afectivas sin pantallas de por medio. Alberto Fortuna. Ferrol.
Gracias, Rafa
Considero que un anticipado retiro de Nadal habría sido más elegante. Entre tanta loa a Rafa, a uno le cuesta referirse a este aspecto. Está claro que es uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. Yo destaco su tenacidad y su coraje para perseverar ante la adversidad. Todo un referente irrenunciable del deporte español. Pero el debido control de esa desorbitada ambición y coraje nos hubiera abierto alguna opción en la Olimpiada de París, así como en la Copa Davis. Eres ya parte de nuestro recuerdo nacional, si bien me quedo con el estilo de Federer. Enrique López de Turiso.