Solo el primer capítulo podría haber sido una magnífica película, pero Los años nuevos, de Rodrigo Sorogoyen (Movistar +), es afortunadamente para los espectadores una serie magistral. Un grupo de treintañeros, una noche de Fin de año y la vida fluyendo de forma coral, como en esos filmes de Woody Allen en que los protagonistas se mezclan con los amigos y el tiempo vuela en las circunstancias. El estilo de Sorogoyen, inconfundible, se acerca con la cámara para arañarnos desde la primera secuencia en que ya te ves metida en el baño de un pub en Nochevieja. Corren las palabras, corre el alcohol, corren las drogas, corre la soledad, el desamor, la amistad, y corren las nuevas oportunidades. A veces la vida te lleva y coges el taxi correcto que te conduce a un destino que, esta vez sí, Sorogoyen enmarca en los próximos Fines de Año de los protagonistas (¡actorazos Iria del Río y Francesco Carril!). Para que veamos la realidad. Esa es la coartada para mostrarnos con viveza y finísima crudeza, con esa inteligencia suya de los detalles, la vida tal y como es. Hay tanta naturalidad que la primera escena de sexo es de las más normales que se han filmado. Con las interrupciones, los empujones, el desequilibrio de los deseos. Hay tal fuerza en su manera de rodar que ya ves que es una serie que agarra la vida con las dos manos. Nada se escapa. Los años nuevos es otro hito de Sorogoyen.