Criterios encontrados

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

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14 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el martes pasado se puede consultar en internet la versión actualizada del Diccionario de la lengua española, la obra más conocida y consultada de la Academia. Se han hecho 4.074 cambios, entre supresiones, enmiendas y adiciones de acepciones y artículos. Llama la atención que no se haya dado solución a la disparidad de criterios —real o aparente— de los equipos que elaboran algunas obras de la casa. Eso causa desconcierto a quienes acuden a la institución en busca de respuestas a sus dudas. Veamos un par de casos ilustrativos.

El Diccionario panhispánico de dudas (DPD), cuya segunda edición fue presentada hace un mes en el congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española y está a punto de ver la luz oficialmente (ya se puede consultar en la web, aunque con la nota de «versión provisional»), recomienda desde su aparición, hace 19 años, que en vez del exótico cross, acortamiento de cross-country, se usen campo a través o cros, adaptación del término inglés. También sigue recomendando bicicrós, ciclocrós y motocrós, al tiempo que desaconseja las grafías híbridas con dos eses finales, impropias del español.

 Pero el Diccionario de la lengua española (DLE) sigue ignorando estas propuestas y mantiene cross y motocross, que por ser extranjerismos escribe en letra cursiva, como el híbrido —algún académico hablaría de monstruo ortográfico— bicicross («de bici- y el francés cross») y la adaptación parcial ciclocross (del inglés cyclo-cross), que conserva la secuencia -ss.

Un caso similar es el de crac/crack. EL DLE acepta ahora crac como adaptación del inglés crack («del inglés crash, influido por crack y crac») con el sentido de ‘caída repentina e intensa de los mercados financieros’. Sin embargo, mantiene crack para las acepciones ‘cocaína en piedra’, ‘caballo que destaca en las carreras’ y ‘persona que destaca extraordinariamente en algo’. Mientras, el DPD sigue recomendando que con todos esos sentidos también se use crac. Estas son solo dos muestras de los conflictos entre ambos diccionarios. Los responsables del DLE quizá argumenten que muchas de las recomendaciones del DPD que ignoran son solo propuestas, y que no pueden registrarlas en tanto no sean aceptadas por los hablantes y se consolide su uso. La consecuencia es que quienes han atendido los consejos de la Academia plasmados en el DPD pueden acabar sintiéndose conejillos de Indias.