La última encuesta de Sondaxe sobre las elecciones autonómicas ha dibujado un panorama casi exacto al que se dio en los comicios del pasado febrero. Rueda mantendría su mayoría absoluta con los mismos 40 diputados logrados entonces, mientras que el BNG perdería uno (24) y el PSdeG ganaría otro (10). DO conservaría el residual escaño que tiene hoy en día.
Al decir de Sondaxe, las cosas poco han cambiado, a pesar de que la oposición tira con balas de cañón y ataca los presuntos puntos débiles del PP con firmeza. Ahí está la última manifestación contra Altri, muy multitudinaria. Claramente orquestada por el BNG. El Bloque ha sembrado la desconfianza en un sector de la población que no se fía ni de los funcionarios que tienen que validar si la empresa cumple con los parámetros medioambientales, ni de Europa, que también tiene que dar su bendición al proyecto. Altri ha sido condenada antes de ser seriamente analizada. Queda la duda de si se trata de evitar que destrocen la comarca de A Ulloa, o si se pretende impedir que los populares se apunten un éxito con una próspera industria en el corazón de Galicia. En cualquier caso, el proyecto tiene complicado salir adelante porque, efectivamente, hay una gran contestación social.
Pero el caso es que la presión sobre Altri ya lleva un tiempo encima de la mesa y, según la encuesta, el PP no sufre la más mínima erosión. Los 40 de Rueda siguen inamovibles. Queda mucha legislatura y las cosas pueden cambiar de aquí al 2028, pero de momento Alfonso Rueda navega sobre aguas tranquilas y no se atisba ninguna pulsión de cambio. Galicia sigue apostando por una cierta estabilidad y agradece que, dentro de lo que cabe, nuestra comunidad no sea un barullo, más allá del respetable rifirrafe que siempre debe haber entre el Gobierno y la oposición, en este caso el BNG, porque los socialistas siguen con su particular travesía por el desierto.
La buena noticia para Besteiro es que la encuesta cambia la tendencia. El PSdeG sube un parlamentario y, aunque no le saca de pobre, sí frena la caída. Los socialistas logran casi un punto porcentual más con respecto al anterior sondeo realizado por Sondaxe para este periódico. Pero es cierto que necesitan un revulsivo, que no saben muy bien de donde sacar. El BNG capitaliza casi toda la oposición y a Besteiro le cuesta asomar la patita para recuperar todos esos votos que se han ido escapando de forma progresiva hacia las huestes de Ana Pontón. No es tanto que no tenga presencia mediática, que la tiene en menor medida que sus rivales, como que su discurso, atrapado en tierra de nadie, no cala en la ciudadanía. Le falla claramente el mensaje, poco definido.
Y mientras el PSdeG no repunte parece muy poco probable que haya un vuelco electoral en Galicia, donde el PPdeG superó un par de momentos críticos. Uno, el paso de un hiperliderazgo como el de Feijoo a la novedad de Alfonso Rueda. Y otro, la prueba del algodón de las urnas, donde resistieron a una intensa campaña de la oposición casi sin despeinarse.