José Luis Ábalos, o cómo pasar del casi todo a casi nada en menos de lo que se paga o te pagan el alquiler. No hace tanto, este aforado que ahora hace pucheros al anunciar que se ha visto obligado a denunciar a la Guardia Civil por extralimitarse en sus investigaciones, fue prácticamente mano derecha e izquierda del esposo de Begoña Gómez. Hay quien dirá que menudo rostro, que qué perfil, que un ministerio ya no, que ese tren ya pasó, pero que quizá para un Goya José Luis aún está a tiempo. Aunque en la foto no hay ni rastro de ellas, hasta en el Tribunal Supremo sospechan que el hombre se dejó las manos más largas de la cuenta. Normal que ahora en el PSOE no quieran tocarlo ni con un palo. Porque Ábalos solo hay uno. Pero ¿qué pasaría si fueran siete Ábalos; si Ábalos, como Puigdemont, tuviera siete escaños? Pues tal como está el patio, a lo mejor el Cerdán de turno estaba ya camino de su valenciano Waterloo para hacerle el rendibú. Cosas escandalosamente parecidas se han visto.