El regalo de Amaia

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

RTVE

22 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los programas clásicos de actuaciones musicales que una Nochevieja más nutrirán a Cachitos son historia. Dicen los números que hoy, cuando un cantante coge el micro, en esos tres o cuatro minutos que dura una canción el público aprovecha para cambiar de canal o levantarse del sofá. Amaia y La revuelta reventaron las estadísticas el pasado jueves con el momento más fresco e inesperado que ha dejado, hasta hoy, la televisión del 2024. El de Broncano se ha convertido en un programa con huevo sorpresa, como un Jimmy Fallon tocando en el metro de Nueva York con Miley Cyrus o Green Day, pero de andar por casa. La baza de esa representación que hoy invade las redes sociales es la misma que la de todo el espacio de TVE que la acoge, lograr que parezca fácil y espontáneo algo que tiene detrás muchos días de guion y producción. Esos tres minutos de plano secuencia en los que, como quien no quiere la cosa, la artista se levanta de su asiento y sale del teatro por una escalera secundaria; esa calle que, con su cartel de manicurista y su señal de tráfico en el plano, podría ser la de cualquier barrio del país, son un regalo para el espectador. Por más que lo mires en bucle, del derecho o del revés, lo que te da un pellizco no es la guerra de audiencias ni las dos Españas. Solo el respeto que trasluce por hacer la música y la televisión de toda la vida con un sello de autor.