De Galicia a Cuba
Buenos días y feliz Navidad. En estos días tan especiales pido ayuda para encontrar a la familia de una amiga emigrada a Cuba: Marta Rodríguez. Sus antepasados son Cesario Rodríguez Davila, hijo de Manuel y Andrea, con fecha de nacimiento 1870, Ourense. Este se casó entre 1889 y 1890 con Antonia García González, hija de Francisco y Camila. Su fecha de nacimiento se circunscribe al año 1868. Del matrimonio entre Cesario y Antonia nació en España —posiblemente en Carballido— Pedro Rodríguez García, en 1891. Adriana Boenesso. Argentina.
La paz mundial, un deseo irrealizable
Sin apenas darnos cuenta, volvemos a estar inmersos en unas fechas navideñas que son como leños que crean lumbre para convertirse poco después en brasas, y luego en cenizas. Me cuesta recordar aquellos tiempos en los que los niños desbordaban ilusión y eran los únicos protagonistas. Siento nostalgia de aquellas Navidades de mi infancia; el reencuentro con los amigos de mi pueblo a los que solamente veía cuando los colegios cerraban sus puertas por aquel entrañable período vacacional. Aquellos tiempos en los que la unión familiar, la paz y la solidaridad eran el motivo de la celebración, son ahora una fiesta en honor de los siervos del consumismo.
Las enfermedades más graves que padece nuestra sociedad como son la avaricia, afán de poder, codicia e hipocresía, jamás se curarán con esos discursos mediocres y cada vez menos creíbles de nuestros líderes políticos. Deberíamos avergonzarnos al elegir gobernantes que son incapaces de impedir o detener verdaderas atrocidades y genocidios de los que, de una forma u otra todos somos cómplices. La incesante invasión de anuncios publicitarios dentro de esta trama de embrujo consumista, no puede enmascarar imágenes en tiempo real en las que miles de familias huyen de su país en guerra. Las barbaries que están sucediendo en el mundo actual, a cada paso más inhumano e irreconocible, también devastaron la ciudad de Belén; lugar que siempre ha sido sede de religiones, símbolo de esperanza y paz inalterable, se está transformando en un gran sepulcro con todo su pueblo. Porque no es suficiente desear lo mejor a aquellas personas que nos rodean, y cuando terminan las celebraciones, esperar a que los sueños por sí solos se conviertan en realidad. Es apremiante cambiar de rumbo para que la paz deje de ser para los gobiernos una cuestión intrascendente. Alberto Grela Rey. A Coruña.
Grazas por existir
Esta modesta carta vai dirixida a unha persoa senlleira, que personifica o altruísmo, a bondade e a xenerosidade, as cales vertebran a súa magnanimidade. Esta persoa superlativa é miña nai, unha muller libre e comprometida coa xustiza social e a igualdade; sempre atenta e mostrando o seu agarimo imperecedoiro.
O amor infindo que transmites aos teus seres queridos é unha ledicia intanxible que abrangue a realidade e a transforma en momentos únicos de experiencias sempiternas. Mamá, ti es a persoa que coa túa serenidade e harmonía fixo posible que eu estea escribindo esta epístola; sabes que ti es a luz da miña vida e que te quero moito. Grazas por existir. Xián Antón Lorenzo. Ribadavia.
El cuadrilátero de las cenas navideñas
Mis más sinceros deseos de felicidad para todos los atrapados en esta España polarizada: para los que prefieren los Reyes Magos a Papá Noel; para los que colaboran con la Cruz Roja y para los que lo hacen con el Banco de Alimentos; para los que retuitean y comparten —con la valentía que les otorga el WhatsApp— los bulos que siguen agrandando esta brecha nacional que perpetúa las dos Españas; para los fachas pobres que no son más que pobres fachas; para todos los que siguen contando cadáveres en el párking de Bonaire y vieron camiones frigoríficos llenos de ellos; para los que solo el pueblo salva al pueblo (como hace el PP cuando gobierna).
Ojalá que en el 2025 cada cual siga encontrando en «sus» medios de comunicación (que no de información) la confirmación de sus intuiciones y de sus juicios meditados y certeros: primero tengo mi opinión y luego busco a los gurús que me den la razón; ojalá nadie vuelva a preguntarte a quién quieres más, a papá o a mamá; ojalá —ironías aparte-, ojalá que en diciembre del 2025 no necesite repetir estas palabras. ¡Ojalá! Tomás Jorge Pérez.