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José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

HAITHAM IMAD | EFE

28 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

 Pensaba escribir sobre los datos que apuntan a una recuperación de lo cristiano en lo que solemos llamar Occidente: Francia alcanza en 2024 sus mejores cifras conocidas de conversiones de adultos: 7.000, mucha gente joven; remontan la asistencia a los oficios litúrgicos en todas las confesiones cristianas, especialmente en los países anglosajones, y la venta de artículos religiosos: la de biblias en Estados Unidos creció este año más de un 20 por ciento. Quizá sorprende mucho otro dato. Esta recuperación la protagonizan hombres jóvenes: dos tercios de ellos frente a un tercio de ellas, con lo que se ha invertido una tendencia centenaria que consideraba a las mujeres el sexo pío, más propensas a la piedad. Pero, como todo esto resulta tan contrario a lo que la gente cree y esta columna se publica en el día de los Santos Inocentes, prefiero dejarlo para otra ocasión, no vaya alguien a confundirlo con una inocentada.

Aquella matanza de los niños menores de dos años ordenada por Herodes refleja bien el carácter cruel del personaje y de los tiempos anteriores a Cristo. Hoy resultaría inimaginable y escandaloso en cualquier territorio de civilización cristiana. En otros, algunas minorías han padecido matanzas similares en nuestros tiempos, con infanticidios o con abortos obligatorios. Las áreas de esclavitud infantil crecen: esclavitud laboral y sexual, reclutamientos militares forzosos de menores, cacerías de niños para alimentar el comercio de órganos o de adopciones. Algunas se organizan para consumo de ciertas élites occidentales, como un par de casos famosos están poniendo en evidencia. La repugnancia que el mal todavía produce impulsa la vuelta a las raíces cristianas de nuestra cultura.