El año 2024 ha sido bueno para la economía española. Al menos, si se presta atención a las cifras macroeconómicas más relevantes. La Comisión Europea prevé un crecimiento del PIB del 3 %, muy por encima del 0,9 % que se espera para la media comunitaria. El mercado laboral también ha tenido un funcionamiento notable. La tasa de paro se sitúa en niveles del 2008, con un 11,21 %, gracias al impulso de la contratación. Nunca habíamos tenido tantos ocupados, 21,8 millones.
Gracias a esta buena dinámica, España ha liderado algunos ránkings internacionales, como el que elabora anualmente el semanario The Economist, que calificó a nuestro país como la mejor economía entre los países desarrollados. Sin embargo, este buen desempeño no debe hacernos caer en la autocomplacencia, especialmente si arrojamos algo más de luz sobre sus causas.
La percepción generalizada es que la economía no marcha tan bien como así lo indican las principales estadísticas. En una reciente encuesta elaborada por Funcas, solo el 20 % de los encuestados consideraba que la situación económica en España en este 2024 había sido buena, mientras que el 50 % percibía el año como regular y el 30 % restante como un mal año.
La explicación es que hemos crecido de manera extensiva. Por ejemplo, entre octubre del 2023 y octubre del 2024 el número de habitantes ha aumentado en 425.000. Es decir, en solo doce meses la población ha crecido un 0,9 %. Además, el 73 % de esta subida se debe a la población extranjera, la cual registra un espectacular crecimiento del 4,8 %. Al mismo tiempo, el número de ocupados ha aumentado en 376.000, de los cuales el 48 % tiene nacionalidad extranjera.
Ser capaces de atraer mano de obra de terceros países es una noticia positiva, sin embargo esto afecta al reparto del PIB. Por poner un ejemplo, en lo que va de siglo el número de habitantes en Galicia se ha mantenido constante, mientras que el de Baleares ha crecido en un 45 %. En ambos casos, el PIB ha aumentado en alrededor de un 30 %. Mientras que Galicia ha aumentado su PIB per cápita en términos reales del 78,2 % al 91,7 % del promedio nacional gracias a su población estable, Baleares cayó del 134,4 % al 103,9 % debido al fuerte crecimiento poblacional, que redujo su renta relativa.
El crecimiento económico basado en la expansión extensiva tiene ciertos límites, especialmente cuando se combina con una crisis habitacional que dificulta la atracción de capital humano esencial para sostener dicho crecimiento. La escasez de viviendas restringe la movilidad laboral y la formación de nuevos hogares, lo que a su vez puede convertirse en un obstáculo para el desarrollo económico. Al mismo tiempo, la falta de inversión privada y la pérdida de poder adquisitivo son otros de los desafíos que ponen en duda que los éxitos de 2024 se consoliden en el medio y largo plazo.