
El bienestar de las personas en situación de dependencia debe ser una prioridad de los servicios públicos, asegurando recursos suficientes, valoraciones justas y apoyos adecuados para que puedan mantener su autonomía y calidad de vida en su entorno habitual.
Sin embargo, las recientes medidas plantean riesgos para las familias. La concesión automática de ayudas económicas, sin una valoración previa detallada, sustituye el acceso a servicios públicos por una gestión individualizada que deja a muchas personas sin recursos suficientes. Esta medida no garantiza atención profesional ni el mantenimiento de actividades de la vida diaria en el domicilio.
El Servicio de Ayuda en el Hogar sigue infradotado, con un aumento de tarifa que no cubre el coste real del servicio (muy por debajo de los 20-25 euros/hora necesarios). Como consecuencia, muchas familias enfrentan dificultades para acceder a la asistencia que necesitan, lo que sobrecarga a cuidadores informales y limita la autonomía de las personas dependientes.
Además, la falta de evaluaciones en domicilio impide conocer las necesidades reales de cada persona. La valoración en el entorno habitual es clave para asegurar apoyos adaptados y garantizar que la persona pueda permanecer en su hogar manteniendo sus relaciones sociales y calidad de vida. Sin este análisis, las decisiones sobre prestaciones pueden no responder a la realidad diaria.
El número de solicitudes de dependencia ha aumentado un 40 % en el último año, pero sin un refuerzo de los servicios públicos que garantice tiempos de espera razonables y una cobertura adecuada. Las demoras en la concesión de apoyos y la falta de información sobre los procedimientos dificultan el acceso a los derechos que corresponden a cada persona. Las familias necesitan un modelo que garantice servicios suficientes y profesionales especializados que valoren correctamente cada caso. La dependencia no puede quedar en manos de soluciones parciales o económicas que no cubren las necesidades reales. Se trata de garantizar derechos, no de transferir responsabilidades a quienes ya enfrentan una situación compleja.