Kasparov contra Deep Blue

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

Nacho Doce | REUTERS

05 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Garry Kasparov fue el primer ser humano en proclamarse oficialmente derrotado por un ordenador. El miedo a que las máquinas puedan desbancarnos no es una alarma propia del siglo XXI, detonada por la conversación insustancial y resolutiva de ChatGPT. El desasosiego se remonta décadas atrás y se materializó aquel día de mayo de 1997 en que el campeón mundial de ajedrez de origen ruso recibió jaque mate de la supercomputadora Deep Blue, de IBM. Fue un experimento que sirvió como aviso de algo que, por entonces, resultaba sinuoso e inalcanzable.

En plena era de la democratización de la IA, Kasparov ha sido una de las estrellas invitadas del Mobile World Congress de Barcelona. El ajedrecista se abrió paso con la bandera blanca en la mano y un ferviente alegato a favor de la inteligencia artificial. De su rival Deep Blue aseguró que era tan inteligente como cualquier reloj despertador y declaró a las máquinas aliadas de las personas, al margen del mal uso de algunos. «Deberían hacernos más inteligentes, por lo que no estamos siendo reemplazados, sino ascendidos», sentenció, refrendando la vieja idea de que el conocimiento científico se sustancia sobre hombros de gigantes que permiten a un enano ver aún más lejos. Kasparov se mostró entusiasta con el progreso: «Para ser creativo, tienes que saber lo que quieres, tiene que preocuparte algo. La máquina no quiere nada y no se preocupa de nada a no ser que se lo ordenemos».