
Casi quince años después de que ETA anunciase el cese definitivo de su actividad y apenas seis de su disolución, sus herederos políticos han entrado en la Moncloa, han estado a punto de ganar unas elecciones
Casi quince años después de que ETA anunciase el cese definitivo de su actividad y apenas seis de su disolución, sus herederos políticos han entrado en la Moncloa, han estado a punto de ganar unas elecciones