Más diálogo: la nueva ley para agilizar la justicia
OPINIÓN

El pasado 3 de abril trajo un gran cambio para la justicia en España con la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2025. Esta nueva norma busca agilizar los procesos judiciales y reducir la saturación de los tribunales promoviendo soluciones fuera de los juzgados. Para ello establece que, antes de acudir a juicio, las personas deben intentar resolver sus conflictos mediante métodos alternativos, conocidos como MASC (Medios Adecuados de Solución de Controversias).
El objetivo de esta reforma es claro: menos juicios, más diálogo y un mejor uso de los recursos públicos. De hecho, la propia ley lo explica con una metáfora llamativa: «Antes de entrar en el templo de la Justicia se ha de pasar por el templo de la concordia!. En otras palabras, se fomenta el acuerdo antes de llegar a la confrontación judicial.
Los MASC incluyen opciones como la mediación, la conciliación privada, la negociación directa entre las partes o con sus abogados, o incluso la opinión de un experto independiente. Además, en determinados asuntos civiles y mercantiles acudir a la vía extrajudicial es requisito obligatorio, independientemente de que se alcance o no un acuerdo. Para ello, la norma introduce un elemento coercitivo: las partes que incumplan esta obligación verán inadmitida su demanda, pudiendo ser condenadas en costas, bajo el argumento de un «abuso del servicio público» si no se acude a los MASC con la debida buena fe procesal.
A pesar de los beneficios que promete la ley, también genera dudas. Uno de los retos más grandes para los abogados será encontrar un equilibrio entre la confidencialidad de las negociaciones y la necesidad de demostrar que realmente se ha intentado resolver el conflicto sin llegar a juicio.
En teoría, esta reforma debería hacer que la justicia sea más rápida, efectiva, fomentando que las partes alcancen sus propios acuerdos. Sin embargo, su éxito dependerá de cómo se implemente en la práctica. Existe el riesgo de que este requisito se convierta en un simple trámite. Para que funcione de verdad será clave garantizar el acceso a estos métodos alternativos, especialmente para quienes tienen menos recursos, y asegurar que los profesionales que intervienen estén bien formados.
Pero no pensemos que los MASC nacen ahora. Organizaciones como IG Resolución llevamos años ayudando a las personas a encontrar soluciones fuera del juzgado gracias a estos mecanismos. Y podemos afirmar que son efectivos, situándose como una opción válida que optimiza recursos. De hecho, si se consigue aplicar bien esta reforma, podríamos estar ante un sistema judicial más eficiente, accesible y enfocado en el diálogo antes que en la confrontación.