
Ni el aristócrata inglés excéntrico que vive en el campo y hace toda clase de cosas absurdas, ni su mayordomo condescendiente y severamente irónico han existido nunca, o al menos no como nos los imaginamos
Ni el aristócrata inglés excéntrico que vive en el campo y hace toda clase de cosas absurdas, ni su mayordomo condescendiente y severamente irónico han existido nunca, o al menos no como nos los imaginamos