
Es comprensible que al mismo presidente que barajó un día la idea exótica de suprimir el Ministerio de Defensa, y que hace tres meses se oponía a reforzar los arsenales militares españoles, le incomode verse
Es comprensible que al mismo presidente que barajó un día la idea exótica de suprimir el Ministerio de Defensa, y que hace tres meses se oponía a reforzar los arsenales militares españoles, le incomode verse