La hora de «Cónclave»

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

27 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas horas después de la muerte del papa Francisco, las visualizaciones de la película Cónclave se habían incrementado un 283 % en las plataformas, según un monitoreo de EE.UU. En España el filme se encuentra en ese espacio interregno del alquiler, entre la proyección en salas y la llegada a los catálogos de streaming. La importancia impredecible de estar en el lugar adecuado en el momento preciso ha dado el impulso definitivo a la cinta, que toma el solemne ceremonial de la transición de un papado al siguiente para servir un thriller de enorme belleza visual y grandes interpretaciones. Se adentra en el Vaticano y en las deliberaciones de la Capilla Sixtina para reflejar, a su manera, el proceso de sucesión. Sorprende que entre las estatuillas que ha atrapado en la cosecha de premios del 2025 no haya algunas que celebren su fotografía. Porque si algo se ha visto estos días en televisión, algo que ya había absorbido su director, Edward Berger, es la relevancia de la puesta en escena en unos ritos funerarios y de coronación ejecutados con orden milimétrico desde hace siglos.

Que la curia está formada por seres humanos es uno de los mensajes de Cónclave. Ayer lo demostró en TVE el cardenal de Rabat, Cristóbal López, cuando, tras las exequias, una periodista le preguntó por su predisposición para convertirse en el próximo papa y este le respondió: «Sí, papafrita».