
El comienzo de mi carrera docente fue en el instituto de Teruel (cursos 66-67, 67-68). Al terminar la licenciatura de Ciencias Químicas, recibí una oferta de trabajo difícil de rechazar. Y allá me fui a Teruel, con un traje confeccionado en la Sastrería El Faro (Ourense), germen de Adolfo Domínguez.
En el instituto estaba, como profesor, Labordeta. En su casa, unos pocos profesores, tuvimos el privilegio de escuchar la primera maqueta de sus canciones antes de enviarla a la discográfica.
El parador de Teruel saltó a los titulares recientes por una juerga (no mística) de un ¿ministro? y sus correligionarios. Dicen que, en esa ocasión pernoctaba en el parador la actual portavoz del Gobierno de España. El parador de Teruel está en las afueras de la ciudad, a unos dos kilómetros, en la carretera de Sagunto a Burgos.
En una ocasión acudimos allí, mi esposa y yo, a una comida, organizada por el instituto. Llegamos con antelación y entablamos conversación con un curioso personaje, que podíamos llamar el rey de las moscardas. Nos explicó como actuaba. Llegaba a un bar y dejaba caer en la bebida una moscarda artificial, que nos mostró. Acto seguido llamaba al camarero, protestando por la mosca que había en su bebida. El camarero le pedía disculpas y le decía que estaba invitado por la casa.
Parece ser que, el parador de Teruel, tiene la propiedad de atraer a los marrulleros, de antes y de ahora.