
De nuevo, la normalidad. La gente se preguntará qué es eso de la normalidad, ¿es la normalidad una crisis sin fin?, ¿lo fue una pandemia, o la próxima pandemia?, ¿lo es un apagón sin, por el momento, presidente Pedro, mucha explicación? Si alguien pretendía obtener algo de claridad, va a tener que ponerse a la cola, o coger una linterna a pilas. La única claridad en medio de la noche es esta. Como tantas veces, esta foto, decenas, miles de fotos como esta. Gente ayudando a gente, nada más y nada menos. Si las tres personas que aguantan esta silla fuesen políticos, no digamos ya si de distintos partidos, se pueden imaginar cuál sería la próxima imagen de esta serie: cada voluntario tirando de un extremo de la silla, y la silla y su ocupante rodando por las escaleras. El día que sus señorías se pongan de acuerdo en algo el mundo se va a hacer daño en los ojos de tanto frotarlos. Esta es la historia de un apagón y de una clase política con los plomos fundidos.