
Miguel Ángel Gallardo, a la sazón padrino del PSOE de Extremadura, posa con parte de su famiglia política más ancho que largo, apoyando sus brazos sobre el escaño que acaba de estrenar para esquivar el tribunal que le toca por su imputación en el caso David Sánchez, de profesión hermano y director de orquesta. He aquí al aforado súbito Gallardo haciendo saltar por los aires ya no solo la leyenda de que todos los españoles son iguales ante la ley, eso en este país ya parece bastante superado, sino llevándose también por delante el diccionario de la Real Academia Española, que de gallardo dice cosas como galán, bizarro y valiente, gentil, apuesto y hermoso, donoso, grande y excelente. Menuda puntería. Miguel Ángel Gallardo. Nadie como él para justificar su edificante aforamiento. En dos palabras: «Normalidad democrática». Como para no echarse unas sonrisas. Menuda foto. Vaya cuadro. Qué bella es, para algunos, la política.