Una avenida lleva el nombre de A Rúa El hermanamiento tendrá continuidad en el futuro con iniciativas turísticas y culturales
09 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.A Lo de menos era el cansancio acumulado, tras cuatro intensas jornadas en la que se sucedieron las muestras de cariño de Almendralejo y sus gentes hacia A Rúa. Los sentimientos se desataron en la tarde del domingo y no faltaron las lágrimas mientras anfitriones e invitados entonaban el «adiós con el corazón, que con el alma no puedo». La expedición ruesa regresó cargada de recuerdos inolvidables, de regalos y productos de la variada gastronomía extremeña. Ahora se convertirán en embajadores de esa tierra de conquistadores en Valdeorras. La última jornada estuvo repleta de nuevo de actividades. Comenzó con una visita a bodegas de la Denominación de Origen Ribera del Guadiana, para después descubrirse una placa en la ya avenida de A Rúa. Después volvió a desbordarse la emoción durante la actuación de la coral de Almendralejo, que interpretó algunas canciones en gallego. Una comida de confraternidad en la que no faltaron recuerdos para el alcalde rues como representante institucional cerró la visita. En sus discursos, José Vicente Solarat habló de la gratitud hacia los que trabajaron para convertir en inolvidable la estancia ruesa en Almendralejo. Mientras, José María Ramírez tildó de flechazo la relación que fructifica con el hermanamiento.