Diez ex militantes del PP y dos del PSOE, defenestrados por sus partidos, encabezan listas independientes en una docena de concellos de la provincia.
17 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Detrás de la campaña electoral que enfrenta por el poder municipal a los partidos políticos convencionales hay una sopa de letras que esconde resentimiento y opresión. En la provincia de Ourense se presentan una docena de agrupaciones independientes que, salvo en un par de casos, no aspiran más que a arañar votos de los antiguos partidos de los que fueron mayoritariamente expulsados -por vía directa o mediante una especie de «mobbin» político- y poner de manifiesto su cabreo. Los expulsados del paraíso tienen a su favor una legislación que permite que cualquier ciudadano se convierta del día a la noche en un partido político. Esto es, que se haga con un instrumento ajeno a cualquier control democrático y ajeno también a cualquier actividad política que no sea la estrictamente electoral. Se trata de un hecho que desde las formaciones políticas convencionales que tienen garantizada su presencia en las corporaciones con aspiraciones de formar gobiernos, -PP, BNG y PSOE- se considera competencia desleal y un fraude político y social. En la provincia de Ourense, además de la situación que protagoniza el candidato de la capital, Troitiño, antes líder del PSOE y ahora líder de si mismo, se da el caso de que una de las citadas sopas de letras, ADEI (Asociación de Electores Independientes) se mantiene guardada bajo llave desde hace más de una década. Las siglas fueron registradas a principios de los ochenta por Carmen Lovelle, que había sido alcaldesa del PP en Verín -caída en desgracia al integrarse los Centristas en el PP y quitarle el mando en plaza Cid Harguindey - y desde entonces sale de vez en cuando del sueño de los justos a la arena electoral.