La parroquia de Santa Eufemia estrena el retablo mayor restaurado

Jesús Manuel García OURENSE

OURENSE

La mejora devolvió al conjunto neoclásico la nitidez ornamental original y evitó su desplome La hornacina del sagrario ya no tiene mármol y la del Cristo recuperó su policromía

05 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Amenazaba con venirse abajo en cualquier momento y ahora luce como nunca. La parroquia de santa Eufemia del Centro estrena la restauración de su retablo principal, ejemplar de grandes dimensiones y de estilo neoclásico. La empresa tudense CBC devolvió el esplendor a una obra colocada ahí en 1899 por orden del obispo Pascual Carrascosa. El retablo estaba en la iglesia franciscana, en un lateral. La mejora le quitó las flores metálicas de los jarrones sobre las dos columnas laterales, el cortinaje tras el Cristo de la Esperanza permitió descubrir pinturas originales imitado una pieza de seda; el hueco del sagrario perdió los mármoles que le eran impropios al retablo. El murete blanco y antiestético que protegía la escalinata del sagrario también es historia. Ahora ya se puede ver toda la obra completa de un vistazo. Las imágenes lucen su brillo, resaltan numerosos detalles y hasta los fieles se sorprenden con el relieve de la Ascensión en la parte superior. El estado de conservación era lamentable por el ataque de xilófagos, que hicieron de las suyas en la parte alta, lo que ayudó a que se cayeran los anclajes de soporte al muro y a su vez originó desajustes en diferentes elementos del conjunto. La madera estaba muy dañada, además, por la humedad, por la escasa iluminación y por falta de ventilación. Tenía grandes zonas repintadas y había riesgo de desprendimiento de la policromía. Por si fuera poco, el envejecimiento de los barnices, la suciedad en la superficie y la acumulación de humos por las velas oscurecían el conjunto y lo deterioraban más. A este retablo le hicieron una limpieza superficial, le fijaron las pinturas, fue desinsectado con productos inocuos, le sanearon varias piezas y hubo que reajustar todos los anclajes que ahora son de acero inoxidable. Detrás del Cristo quitaron la cortina roja, la capa de pintura del mismo color y apareció la policromía original de la hornacina. La restauración del retablo costó 38.975 euros y las pinturas murales, 12.014 euros. Por el ático corrían cables de una instalación obsoleta.