La colección privada de un ourensano muestra la obra del pintor Emilio Prieto
OURENSE

La exposición estará en el Centro Cultural de la Diputación hasta mediados de junio José Antonio González Pazos, «Toncho» prometió al pintor que mostraría su arte
20 may 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Toda una verdadera lección de amistad. Detrás de la muestra que ayer abrió sus puertas en el Centro Cultural de la Diputación sobre la obra de Emilio Prieto, hay algo más que una exposición de lujo, que lo es. Hay una promesa de un amigo que, por fin, se cumple. José Antonio González Pazos, Toncho , natural de Nogueira de Ramuín, llegó a Madrid en los años 60, como muchos otros, para buscar un futuro laboral mejor. Ya en Ourense su interés por el arte se fraguó de la mano de amigos como Jaime Quessada o Acisclo Manzano, pero tras diez años de encontrarse en la capital de España conoció a Emilio Prieto. Enseguida le apasionó su manera de entender el arte y sus obras. Tanto que, poco a poco, fue comprando sus pinturas, de la que es poseedor de casi su totalidad (se calcula que unas 300 obras). Días antes de su muerte el pintor le preguntó qué iba a hacer con todos sus cuadros. En ese momento, Tonch o le prometió que haría que la viese todo el mundo. Hoy, la obra de Emilio Prieto se puede disfrutar en una galería en Madrid y desde ayer en una serie de exposiciones itinerantes que recorrerán desde Ourense distintos puntos de la geografía española. Inauguración El acto de inauguración de la muestra contó, además de con el benefactor ourensano, con un invitado de excepción, el periodista Fernando Ónega, amigo personal de Toncho y a través del cual conoció la obra de Emilio Prieto que calificó como «el mejor pintor del mundo». De sus cuadros destacó: «Hay pocos artistas que pintaran tan bien las nubes, el cielo y el color de la arena de las playas». Fernando Ónega no se atrevió a definir al artista, pero destacó que supo como nadie unir lo clásico con lo moderno, creando un estilo personal. «Tenía una grandeza especial», significó el periodista En sus obras siempre incluyó una línea blanca como firma. ¿Por qué? Toda una incógnita que llevó consigo el pintor a la tumba cuando falleció el pasado 2002.